25/07/2019, 13:28
De repente, el fuerte ruido del despertador empezó a sonar mientras dormía plácidamente. Estire el brazo para apagarlo, pero allí no había nada, solo el vacío. El despertador seguía sonando, cada vez mas intensamente.
Fue solo en el momento en el que inevitablemente abrí los ojos cuando me di cuenta que ya no estaba en casa, y que lo que en mi cabeza había sido el despertador, no eran mas que los fuertes ronquidos de Kataudon.
Eché un vistazo a la habitación. La chica samurái ya no estaba allí, pero su mochila seguía en la cama que había usado. Seguramente también la habían despertado los ronquidos y había salido fuera. Tampoco es que pudiera ir mas lejos en mitad del mar.
Me estiré, cogí mis cosas y bajé de la litera sin preocuparme por el ruido. Si no lo despertaban sus propios ronquidos, tampoco lo iba a conseguir yo.
Deje la mochila en el suelo apoyada en la pared, quizas debía haberla dejado allí desde el principio, y salí de la habitación.
Lo primero que hacia todas las mañanas era entrenar, pero en un barco no había el mismo espacio que en el Dojo de casa. Quizás podía encontrar algún punto del barco donde no molestara a los marineros, o quizás podía ayudarles con alguna tarea física que también me serviría de ayuda.
Lo mejor sería preguntarle al capitan del barco, pero... ¿Quien era?
Fue solo en el momento en el que inevitablemente abrí los ojos cuando me di cuenta que ya no estaba en casa, y que lo que en mi cabeza había sido el despertador, no eran mas que los fuertes ronquidos de Kataudon.
Eché un vistazo a la habitación. La chica samurái ya no estaba allí, pero su mochila seguía en la cama que había usado. Seguramente también la habían despertado los ronquidos y había salido fuera. Tampoco es que pudiera ir mas lejos en mitad del mar.
Me estiré, cogí mis cosas y bajé de la litera sin preocuparme por el ruido. Si no lo despertaban sus propios ronquidos, tampoco lo iba a conseguir yo.
Deje la mochila en el suelo apoyada en la pared, quizas debía haberla dejado allí desde el principio, y salí de la habitación.
Lo primero que hacia todas las mañanas era entrenar, pero en un barco no había el mismo espacio que en el Dojo de casa. Quizás podía encontrar algún punto del barco donde no molestara a los marineros, o quizás podía ayudarles con alguna tarea física que también me serviría de ayuda.
Lo mejor sería preguntarle al capitan del barco, pero... ¿Quien era?