20/11/2015, 11:59
Las chicas intentaron abrir la puerta con todas sus fuerzas, primero sólo Ayame, luego Eri se sumó al propósito de abandonar la casa. Pero la puerta no cedía, ni siquiera se movía. No se agitaba, no hacía ruidos, no se oían los golpes ni los roces de las manos que intentaban desbloquearla. Sólo el sonido de los jadeos y las voces desesperadas de las muchachas. La puerta no quería abrirse, como un centinela que protege lo más sagrado del mundo, como una losa de mármol forjada con el paso de miles de años.
Un susurro a sus espaldas les hizo dar la vuelta en el último momento, pero resultó ser una corriente de aire que bajaba del primer piso. Curioso, porque no había puerta abierta ni ventana posible para que el aire hiciera tal movimiento.
El viento sopló y sopló más fuerte, y apagó las velas de los candelabros y las sumió en la noche más oscura. Y una voz, tétrica como sólo podía serlo, retumbó entre todas las paredes y muebles, y a través de las costillas y el cráneo de las muchachas.
—SA-LID. DE-AQUÍ. VENID-AL-SÓTANO. OS-AYUDAR...É.
![[Imagen: MsR3sea.png]](https://i.imgur.com/MsR3sea.png)
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