8/09/2019, 20:55
La riada de agua hizo lo propio: extinguió parcialmente el fuego que impedía su ascenso hasta el primer piso. Pero pronto se dio cuenta que allí arriba, a pesar de sus esfuerzos, debía haber más llama y destrucción. Kaido tomó un pedazo de tela y la envolvió alrededor de su rostro medio para cubrirse del humo y subir. No podía seguir gastando chakra si existía la posibilidad de que algún títere de Nathifa siguiera intentando cazar al causante de toda la desgracia acaecida sobre la Prisión del Yermo. Su mente, además, traía pequeños retazos de otros rostros que había olvidado totalmente durante su combate con Zaide. Tokore. Razaro. Escupió al suelo. Ninguno de ellos importaba ya.
Armado de valor, subió las escaleras y esperó que la protección fuera suficiente como para cerciorarse de que lo que le esperaba en el primer pasillo no era sino un campo abierto y sin peligro. Pero nada en esta vida era como uno lo quería, ¿no?
Armado de valor, subió las escaleras y esperó que la protección fuera suficiente como para cerciorarse de que lo que le esperaba en el primer pasillo no era sino un campo abierto y sin peligro. Pero nada en esta vida era como uno lo quería, ¿no?