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Otoño-Invierno de 221

Fecha fijada indefinidamente con la siguiente ambientación: Los ninjas de las Tres Grandes siguen luchando contra el ejército de Kurama allá donde encuentran un bastión sin conquistar. Debido a las recientes provocaciones del Nueve Colas, los shinobi y kunoichi atacan con fiereza en nombre de la victoria. Kurama y sus generales se encuentran acorralados en las Tierras Nevadas del Norte, en el País de la Tormenta. Pero el invierno está cerca e impide que cualquiera de los dos bandos avance, dejando Oonindo en una situación de guerra fría, con pequeñas operaciones aquí y allá. Las villas requieren de financiación tras la pérdida de efectivos en la guerra, y los criminales siguen actuando sobre terreno salpicado por la sangre de aliados y enemigos, por lo que los ninjas también son enviados a misiones de todo tipo por el resto del mundo, especialmente aquellos que no están preparados para enfrentarse a las terribles fuerzas del Kyuubi.
#4
Kisame miró al hombre con gesto frío y sin alterarse ni un ápice. Quizás por aquella zona los ninja como él no eran bien recibidos, sin embargo, no era algo que le preocupase en lo mas mínimo. Quizás matar a aquella escoria sería la forma más fácil de quitárselo de encima, pero resolvió rápidamente que fuera de su aldea no tenía autoridad ninguna y la verdad es que no pretendía cometer un crimen fuera de su país. Levantó su mirada de la taza de té y con su mirada perdida y los ojos medio cerrados, puso un gesto de indiferencia y no articuló una sola palabra. Seguramente continuarían con las risas, pero eso a él le daba más bien igual. Sabía que su aspecto podría dar la sensación de ser frágil, y en efecto lo era, así que no culpaba a los pobres plebeyos por su acusada ignorancia. Simplemente le dedicó una indiferente mirada unos segundos, y continuó bebiendo de su taza de té, ignorando al hombre que le hablaba. Entre risas de sus amigos, parecía sentirse seguro de que aquel desnutrido niño no podría partirle todos los huesos del cuerpo.

-Una taza de te, muchas gracias -Comentó mirando sus huesudos dedos con calma. Recordó entonces las palabras de su padre: "La calma es la mejor de las virtudes de un shinobi, ceder a provocaciones solo lleva a la ira, y esta es un estado de embriagadez similar al que produce el alcohol". Respiró hondo una vez y se ensimismó en sus pensamientos, esperando que se le pasara la tontería en algún momento y evitar una pelea de bar, las cuales le parecían bastante lamentables, a decir verdad. No consideraba peligrosa la situación por varias razones, en primer lugar porque seguramente el tabernero no querría una pelea en su establecimiento, y en segundo lugar porque si recibía un solo golpe, tendría todo el derecho del mundo para defenderse, aunque no usaría toda su fuerza, no le merecía la pena fatigarse para eso.

Volvió a mirar por unos instantes al chaval del pelo negro, el cual, parecía mirar la escena interesado, como el que mira un espectáculo, sin embargo, su mirada no denotaba que le pareciera graciosa, sino más bien interesante. Dada la situación generalizada en la taberna, esto le resultó bastante extraño, por lo que apartó la mirada del chico rápidamente. Visto lo visto, una persona que no se asqueaba de ver un ninja, y con claras marcas de combate, solo podría ser otro ninja, o simplemente una persona que entrenaba y valoraba el trabajo de los shinobi. Pero tras un momento pensando en ello, y al no haber visto placa identificativa, resolvió que o bien la tenía escondida para evitar esta situación, o bien simplemente no era shinobi.
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Mensajes en este tema
RE: A río revuelto, ganancia de pescadores - por Taka Kisame - 11/09/2019, 13:06


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