21/09/2019, 10:47
Las palabras del desconocido de Ame le arrancaron una risotada sincera al Uchiha. «¡Ja! Este chaval tiene pelotas. Casi que me cae bien», se dijo Akame. Luego esperó a que el ninja terminara de leer el volante de papel y, cuando éste se lo devolvió, Akame lo extendió en la barra, a la vista de ambos. Su índice derecho paseó por la hoja hasta quedarse clavado, metafóricamente, sobre el rostro del ninja que se hacía llamar "Guuzen" y por el cual, el Daimyō de la Tierra ofrecía nuevemil quinientos ryōs. Cuando aquel chico quiso saber las motivaciones del Uchiha, éste tomó un sorbo de té y luego tamborileó suavemente sobre el rostro de Guuzen con su dedo.
—Mis motivaciones son un tanto banales, como podrás comprobar. Y pues, un servidor también necesita ponerse un plato de comidia en la mesa cada día. El dinero no me vendría mal para comprarme una capa de viaje nueva, esta está raída por las faldas —añadió, y un simple vistazo a su atuendo revelaba que no mentía—. Nuevemil quinientos ryōs es mucha pasta, ¿eh? Me preguntaba si, como ninja de la Lluvia que eres, sabrías algo de ese tal... "Guuzen". El ninja que está ayudando a la rebelión contra el Daimyō Kurawa-sama.
Akame observaba el rostro del shinobi con curiosidad. Por supuesto, él sabía perfectamente quién era ese ninja apodado "Guuzen".
—Llevo días buscando cualquier pista que me pueda llevar a él, pero nadie sabe nada. Nadie le ha visto. Nadie le conoce... Es un maldito fantasma, ¿sabes? Entonces, quizá, bueno... —pareció dudar—. Claro que, habría una parte de recompensa para ti si me ayudaras a encontrarlo. ¿Qué me dices, shinobi-san?
—Mis motivaciones son un tanto banales, como podrás comprobar. Y pues, un servidor también necesita ponerse un plato de comidia en la mesa cada día. El dinero no me vendría mal para comprarme una capa de viaje nueva, esta está raída por las faldas —añadió, y un simple vistazo a su atuendo revelaba que no mentía—. Nuevemil quinientos ryōs es mucha pasta, ¿eh? Me preguntaba si, como ninja de la Lluvia que eres, sabrías algo de ese tal... "Guuzen". El ninja que está ayudando a la rebelión contra el Daimyō Kurawa-sama.
Akame observaba el rostro del shinobi con curiosidad. Por supuesto, él sabía perfectamente quién era ese ninja apodado "Guuzen".
—Llevo días buscando cualquier pista que me pueda llevar a él, pero nadie sabe nada. Nadie le ha visto. Nadie le conoce... Es un maldito fantasma, ¿sabes? Entonces, quizá, bueno... —pareció dudar—. Claro que, habría una parte de recompensa para ti si me ayudaras a encontrarlo. ¿Qué me dices, shinobi-san?