22/09/2019, 21:15
Juro caminaba. Perdido. Muy perdido. Le molestaban muchas cosas de aquella situación. La primera, haber tenido que pedir permiso para salir fuera de los límites de la villa y el país. Luego, el tener que haber sido escoltado la mayor parte del camino hasta el lugar (por seguridad). Finalmente, que su alumno no solo hubiera partido sin él, sino que le hubiera reclamado después de partir.
« Ese cabeza hueca a veces no piensa » — Si hubieran ido los dos juntos, se habría ahorrado una gran cantidad de tramites. Y además, otro factor clave: no se perdería.
El maldito niño no le había puesto ni un solo punto de encuentro. ¿Qué se creía? ¿Qué iba a haber poca gente?
— Juro que cuando encuentre, le daré una buena reprimenda — murmuró, echo una furia.
El marionetista había estado antes en los Herreros. Era un lugar maravilloso para él: la cuna de las armas ninja. Un lugar lleno de magia y fantasía dónde se creaba su mayor afición. También era conocedor del Tetsu no Chōsen, pero nunca había tenido la oportunidad de ir. Debía de admitir que tras leer la carta de su alumno, le habían entrado ganas de verlo. ¿Cómo no? Ese año, la competición iba a tener más adeptos que nunca, y eso era algo que el chico no podía perderse.
Sin embargo, las formas y la invitación podrían haberse pulido un poco más ,sobretodo conociendo lo meticuloso que era su alumno. ¿Acaso su influencia estaba haciendo que cambiara?
Como no tenía ninguna idea de qué hacer, decidió seguir caminando. Tras preguntar a un par de personas, intentó enterarse de dónde era exactamente el lugar dónde se llevaría a cabo aquel gran competición. Después, se encaminaría hacia ahí. Probablemente, su alumno se encontraría en los alrededores, y sería más fácil de encontrar.
« Ese cabeza hueca a veces no piensa » — Si hubieran ido los dos juntos, se habría ahorrado una gran cantidad de tramites. Y además, otro factor clave: no se perdería.
El maldito niño no le había puesto ni un solo punto de encuentro. ¿Qué se creía? ¿Qué iba a haber poca gente?
— Juro que cuando encuentre, le daré una buena reprimenda — murmuró, echo una furia.
El marionetista había estado antes en los Herreros. Era un lugar maravilloso para él: la cuna de las armas ninja. Un lugar lleno de magia y fantasía dónde se creaba su mayor afición. También era conocedor del Tetsu no Chōsen, pero nunca había tenido la oportunidad de ir. Debía de admitir que tras leer la carta de su alumno, le habían entrado ganas de verlo. ¿Cómo no? Ese año, la competición iba a tener más adeptos que nunca, y eso era algo que el chico no podía perderse.
Sin embargo, las formas y la invitación podrían haberse pulido un poco más ,sobretodo conociendo lo meticuloso que era su alumno. ¿Acaso su influencia estaba haciendo que cambiara?
Como no tenía ninguna idea de qué hacer, decidió seguir caminando. Tras preguntar a un par de personas, intentó enterarse de dónde era exactamente el lugar dónde se llevaría a cabo aquel gran competición. Después, se encaminaría hacia ahí. Probablemente, su alumno se encontraría en los alrededores, y sería más fácil de encontrar.
Hablo / Pienso
Avatar hecho por la increible Eri-sama.
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Sellos implantados: Hermandad intrepida
- Juro y Datsue : Aliento nevado, 218. Poder:60