23/09/2019, 21:00
El Uchiha esbozó una sonrisa lobuna ante la réplica de Kisame. El amejin parecía decidido a no irse de allí sin que primero Akame respondiese a sus preguntas, y lo hiciera con al menos una parte de la verdad. Para desgracia del Uchiha, él era un pésimo mentiroso. Cualquier intento de seguir embarrando la conversación sería demasiado torpe como para engañar siquiera a un niño. Por desgracia para Kisame... Si descubría la verdadera identidad del renegado, no podría abandonar aquella habitación con vida. Así que, en vista de aquello, Akame se decantó por una media verdad.
—Estoy versado en las artes del Ninjutsu, si es lo que quieres saber —acabó por decir, mientras escudriñaba de forma inquisitiva al chico de Amegakure—. Tuve ciertas discrepancias con algunos de mis superiores y me vi obligado a... volar del nido. No conozco otro oficio, así que me gano la vida haciendo lo mismo que antes, con salvedades —admitió, encogiéndose de hombros—. Y antes de que me sigas tirando de la lengua, te voy a decir que lo mejor para ambos es que dejemos el pasado atrás. Entiendo tu reticencia, de haber confiado ciegamente en un extraño como yo, probablemente no serías el tipo adecuado para este trabajo, y te he ofrecido algo en señal de buena voluntad.
Akame esperaba que aquella explicación satisfayese al amejin, y que éste no siguiera indagando en asuntos que no le convenía.
—En cuanto al tal Guuzen, tienes razón, tengo algo más sobre él... Pero es una información que por ahora no voy a compartir contigo. Es demasiado delicada, y no te has ganado mi confianza todavía.
—Estoy versado en las artes del Ninjutsu, si es lo que quieres saber —acabó por decir, mientras escudriñaba de forma inquisitiva al chico de Amegakure—. Tuve ciertas discrepancias con algunos de mis superiores y me vi obligado a... volar del nido. No conozco otro oficio, así que me gano la vida haciendo lo mismo que antes, con salvedades —admitió, encogiéndose de hombros—. Y antes de que me sigas tirando de la lengua, te voy a decir que lo mejor para ambos es que dejemos el pasado atrás. Entiendo tu reticencia, de haber confiado ciegamente en un extraño como yo, probablemente no serías el tipo adecuado para este trabajo, y te he ofrecido algo en señal de buena voluntad.
Akame esperaba que aquella explicación satisfayese al amejin, y que éste no siguiera indagando en asuntos que no le convenía.
—En cuanto al tal Guuzen, tienes razón, tengo algo más sobre él... Pero es una información que por ahora no voy a compartir contigo. Es demasiado delicada, y no te has ganado mi confianza todavía.