25/09/2019, 19:08
(Última modificación: 25/09/2019, 19:10 por Taka Kisame. Editado 1 vez en total.)
Asintió con la cabeza y salio de aquel lugar de mala pinta. Ya estaba todo hablado. Se habían citado tras la taberna en una hora. Una vez cruzó el umbral de la puerta, se separó de su compañero en cuestión de segundos, perdiéndose ambos en la lluvia que caía con ferocidad. No tenía demasiado claro si acudiría a la quedada, pero lo que si sabía era que el si lo haría. Miró en su portaobjetos a ver si le quedaban raciones secas de cuando salio de la aldea y, efectivamente, aún tenía raciones como para un día completo, así que supuso que incluso podría estirarlas a dia y medio.
No tenía ninguna intención de entrar a aquella taberna de nuevo, por lo que buscó un pequeño soportal en el que resguardarse, mientras se apoyaba en la pared a esperar que el tiempo pasara. Como tenía la taberna a la vista, podía ver cuando alguien se acercaba a la entrada, entraba o salía de la misma. Aunque no pudiera controlar la parte de atrás, desde allí sería cosa de unos segundos llegar a un paso ligero para no empaparse demasiado.
Nunca había sido alguien de mucho comer por lo que las raciones le importaban mas bien poco. Lo que realmente le preocupaba era que ese chico no fuera o estuviera preparándole algo extraño. No le había dado razones para desconfiar, pero seguramente necesitara más de una semana para dejar de dudar de casi todo lo que dijera.
Pasada una hora, decidió presentarse en el lugar donde habían quedado con unos minutos de antelación. No quería ser descortés o maleducado, simplemente quería llegar primero. Tampoco quería que esperaran por él, era algo que siempre había detestado. Allí estaba, el genin de ame esperando por la persona que acababa de conocer hacía escasas tres horas.
No tenía ninguna intención de entrar a aquella taberna de nuevo, por lo que buscó un pequeño soportal en el que resguardarse, mientras se apoyaba en la pared a esperar que el tiempo pasara. Como tenía la taberna a la vista, podía ver cuando alguien se acercaba a la entrada, entraba o salía de la misma. Aunque no pudiera controlar la parte de atrás, desde allí sería cosa de unos segundos llegar a un paso ligero para no empaparse demasiado.
Nunca había sido alguien de mucho comer por lo que las raciones le importaban mas bien poco. Lo que realmente le preocupaba era que ese chico no fuera o estuviera preparándole algo extraño. No le había dado razones para desconfiar, pero seguramente necesitara más de una semana para dejar de dudar de casi todo lo que dijera.
Pasada una hora, decidió presentarse en el lugar donde habían quedado con unos minutos de antelación. No quería ser descortés o maleducado, simplemente quería llegar primero. Tampoco quería que esperaran por él, era algo que siempre había detestado. Allí estaba, el genin de ame esperando por la persona que acababa de conocer hacía escasas tres horas.