3/10/2019, 16:10
Zaide se sonrió al oír el argumento blandido por Akame, escudándose en un general tan célebre como Suneate Tzumaru. Lo conocía, claro que lo conocía. Se había criado en la Tierra escuchando historias como aquella.
—Es un buen plan —reconoció—. Un muy buen plan. Pero, ¿sabes qué decía también Tzumaru? Que incluso la mejor espada hundida en agua salada, con el tiempo se oxida.
¿Entendían por dónde iba?
—Aceptemos la oferta, ¿y qué creéis que pasará? Cuando cambiemos Ryūgū-jō por una mansión de oro. Cuando cambiemos las piedras que tenemos por cama por colchones de pluma. Cuando cambiemos los baños… qué digo, si ni baños hay aquí, por retretes de plata y papel higiénico de seda. Qué pasará, ¿huh? El poder corrompe hasta a los mejores, ¿cómo no nos va a corromper a nosotros? —A ellos, que ya habían nacido corrompidos.
»No, sí aceptamos ahora, jamás ejecutaremos el plan. Nadie, o casi nadie querrá arriesgarse a perder lo obtenido. Nos acomodaremos en nuestros sofás de piel. Reiremos las gracias y daremos palmas ante nuestro querido Umigarasu. Y, cuando nos demos cuenta, seremos como el resto. Formaremos parte de la rueda. Seremos putos ninjas descerebrados que solo hacen lo que se les ordena.
Bueno, al menos Zaide lo tenía claro. Money, por el gesto de negación que tenía cuando hablaba el mayor de los Uchiha, también. Otohime parecía tener más dudas, y en cuanto a la Anciana y Ryū…
—¿Me dejáis terminar antes de discutirlo y votar? No había terminado —intervino de nuevo Kyūtsuki, llamando la atención de todos—. Gracias. Como iba diciendo, nos daría poder, libertad, y…
»Y os dije que parecía estar planeando algo. Algo que podía comprometerle. Al principio, creí que era mera habladuría. Una ambición utópica, pura arrogancia. Pero me equivocaba. Umigarasu está tan loco como para intentarlo. No sé en qué momento, no sé cuándo, pero un futuro no tan lejano, planea…
»… resurgir Kirigakure no Sato.
Y, fue en este preciso instante, señores, cuando lo que tenía pinta de ser otra de tantas asambleas anodinas se convirtió en La Gran Reunión.
Como si el golpetazo de información no hubiese sido suficiente, Kyūtsuki los remató a todos soltando otra bomba.
—Y si lo hacemos bien, si lo tenemos contento… Cree que un grupo como Dragón Rojo, tan temido en Oonindo entero, y tan sangriento, sería el grupo perfecto para... Bueno... —Kyūtsuki aguardó un instante, ese segundo de angustia cuando la chispa de la bomba se desvanece antes del gran boom—. Para darle el Gobierno de Kiri.
—Es un buen plan —reconoció—. Un muy buen plan. Pero, ¿sabes qué decía también Tzumaru? Que incluso la mejor espada hundida en agua salada, con el tiempo se oxida.
¿Entendían por dónde iba?
—Aceptemos la oferta, ¿y qué creéis que pasará? Cuando cambiemos Ryūgū-jō por una mansión de oro. Cuando cambiemos las piedras que tenemos por cama por colchones de pluma. Cuando cambiemos los baños… qué digo, si ni baños hay aquí, por retretes de plata y papel higiénico de seda. Qué pasará, ¿huh? El poder corrompe hasta a los mejores, ¿cómo no nos va a corromper a nosotros? —A ellos, que ya habían nacido corrompidos.
»No, sí aceptamos ahora, jamás ejecutaremos el plan. Nadie, o casi nadie querrá arriesgarse a perder lo obtenido. Nos acomodaremos en nuestros sofás de piel. Reiremos las gracias y daremos palmas ante nuestro querido Umigarasu. Y, cuando nos demos cuenta, seremos como el resto. Formaremos parte de la rueda. Seremos putos ninjas descerebrados que solo hacen lo que se les ordena.
Bueno, al menos Zaide lo tenía claro. Money, por el gesto de negación que tenía cuando hablaba el mayor de los Uchiha, también. Otohime parecía tener más dudas, y en cuanto a la Anciana y Ryū…
—¿Me dejáis terminar antes de discutirlo y votar? No había terminado —intervino de nuevo Kyūtsuki, llamando la atención de todos—. Gracias. Como iba diciendo, nos daría poder, libertad, y…
»Y os dije que parecía estar planeando algo. Algo que podía comprometerle. Al principio, creí que era mera habladuría. Una ambición utópica, pura arrogancia. Pero me equivocaba. Umigarasu está tan loco como para intentarlo. No sé en qué momento, no sé cuándo, pero un futuro no tan lejano, planea…
»… resurgir Kirigakure no Sato.
Y, fue en este preciso instante, señores, cuando lo que tenía pinta de ser otra de tantas asambleas anodinas se convirtió en La Gran Reunión.
Como si el golpetazo de información no hubiese sido suficiente, Kyūtsuki los remató a todos soltando otra bomba.
—Y si lo hacemos bien, si lo tenemos contento… Cree que un grupo como Dragón Rojo, tan temido en Oonindo entero, y tan sangriento, sería el grupo perfecto para... Bueno... —Kyūtsuki aguardó un instante, ese segundo de angustia cuando la chispa de la bomba se desvanece antes del gran boom—. Para darle el Gobierno de Kiri.
¡Agradecimientos a Daruu por el dibujo de PJ y avatar tan OP! ¡Y a Reiji y Ayame por la firmaza! Si queréis una parecida, este es el lugar adecuado