7/10/2019, 20:10
—Muy bien —dijo Ryū, conforme con el plan propuesto por Akame—. Tú te ocuparás de todo.
Sekiryū solía poner a prueba a sus Ryutō nada más pasar el Bautizo, y qué mejor que las Trillizas de la Tormenta para demostrar su valía y su saber hacer. Lo mismo habían hecho con Kaido, quien, desgraciadamente —o no, según el punto de vista desde el que se mirase— había fracasado. Claro que había que concederle que Uchiha Zaide era un hueso más duro de roer que el de las trillizas. Al menos, sobre el papel.
Money carraspeó.
—Yo las conozco bien. Akame necesitalá un pal de aliados luchando a su lado si quiele vencel… —Todos le miraron, curiosos—. Y, pues, uno seré yo.
Otohime se echó tanto hacia atrás que cayó de espaldas con la silla. Ryū —tan duro e inexpresivo como una roca— abrió tanto los ojos que pareció que se le iban a salir. La Anciana directamente se partió de risa. Una risa aguda y pura, genuina. Incluso los ojos de Kyūtsuki se habían estrechado como si, tras el holograma, estuviese sonriendo abiertamente.
—Y, pues, palece que a alguno se ha olvidado que yo también sé luchal, ¿¡o qué!?
—Nadie pone en duda tu capacidad para el combate, Money —le rebatió Ryū, pese a que la cara del resto apuntaba a lo contrario—. Pero tu valor en Dragón Rojo no está en el campo de batalla. Además, tienes que estar disponible para recibir al emisario. Y solo tú puedes hacer eso.
Money quiso protestar, pero Ryū lo acalló alzando una mano.
—Irá otro en tu lugar —desvió la mirada hacia Akame—. Akame, cuando Shikari cumpla su papel… ha de morir también.
Sekiryū solía poner a prueba a sus Ryutō nada más pasar el Bautizo, y qué mejor que las Trillizas de la Tormenta para demostrar su valía y su saber hacer. Lo mismo habían hecho con Kaido, quien, desgraciadamente —o no, según el punto de vista desde el que se mirase— había fracasado. Claro que había que concederle que Uchiha Zaide era un hueso más duro de roer que el de las trillizas. Al menos, sobre el papel.
Money carraspeó.
—Yo las conozco bien. Akame necesitalá un pal de aliados luchando a su lado si quiele vencel… —Todos le miraron, curiosos—. Y, pues, uno seré yo.
Otohime se echó tanto hacia atrás que cayó de espaldas con la silla. Ryū —tan duro e inexpresivo como una roca— abrió tanto los ojos que pareció que se le iban a salir. La Anciana directamente se partió de risa. Una risa aguda y pura, genuina. Incluso los ojos de Kyūtsuki se habían estrechado como si, tras el holograma, estuviese sonriendo abiertamente.
—Y, pues, palece que a alguno se ha olvidado que yo también sé luchal, ¿¡o qué!?
—Nadie pone en duda tu capacidad para el combate, Money —le rebatió Ryū, pese a que la cara del resto apuntaba a lo contrario—. Pero tu valor en Dragón Rojo no está en el campo de batalla. Además, tienes que estar disponible para recibir al emisario. Y solo tú puedes hacer eso.
Money quiso protestar, pero Ryū lo acalló alzando una mano.
—Irá otro en tu lugar —desvió la mirada hacia Akame—. Akame, cuando Shikari cumpla su papel… ha de morir también.
¡Agradecimientos a Daruu por el dibujo de PJ y avatar tan OP! ¡Y a Reiji y Ayame por la firmaza! Si queréis una parecida, este es el lugar adecuado