8/10/2019, 00:40
(Última modificación: 8/10/2019, 00:49 por Umikiba Kaido. Editado 1 vez en total.)
La realidad es que a Kaido le interesaba una mierda el tema de las Trillizas. Durante todo el intercambio entre Akame, Ryū y el parlanchín de Zaide; el escualo se mantuvo con la mirada perdida, jugando con un kunai. Dándole vueltas. De aquí a allá. Escuchando la discusión por un oído y con la cabeza perdida en sus propias dubitativas. Tan así era su indiferencia, que él, un tipo socarrón, no aprovechó la gracia de Money ni se rió como el resto de sus colegas, aunque no podía dejar de imaginarse al contable en la mitad de un combate a muerte, sacándose fajos de billetes para defenderse de un jutsu mortal.
El interés empezó a florecer en Kaido, no obstante, cuando cayeron todos en cuenta de que Akame iba a necesita de músculo para acabar con esas hijas de puta. Money ya había dejado de ser una opción con el simple revoleo de una mano del musculado de ébano, así que, visto lo visto, no quedaban muchas opciones salvo él y Zaide.
Cuando estuvo dispuesto a postularse, no obstante, Akame replicó; en defensa de los más débiles. Quién lo diría.
Sólo allí, el cogote de Kaido se alzó, y su sonrisa se arqueaba a medida de que se daba cuenta de que esa era su oportunidad de desquitarse. Una muy nimia y que quizás causaría un simple reproche en el oscuro corazón del Uchiha, pero por algo se había molestado en defender la vida de esa muchacha entre los ocho cabeza de Dragón, así que debía ser, por lo menos, una pizca de importante. Pero hay que ser realistas, Kaido podía conformarse con menos que eso. Después de todo, estamos hablando de un tipo sencillo. De placeres terrenales. Que disfruta de las victorias por muy pequeñas que sean.
—Yo acompañaré a Akame para encargarnos de esas Trillizas. Respecto a lo otro...
»Estoy de acuerdo con Ryū... tiene que morir —dijo, con toda la satisfacción del mundo—. y tengo un rebaño de tiburones, por cierto, que estarían a gusto con poder merendarse a la muchacha. Digo, por si nadie quiere ocuparse del trabajo sucio.
El interés empezó a florecer en Kaido, no obstante, cuando cayeron todos en cuenta de que Akame iba a necesita de músculo para acabar con esas hijas de puta. Money ya había dejado de ser una opción con el simple revoleo de una mano del musculado de ébano, así que, visto lo visto, no quedaban muchas opciones salvo él y Zaide.
Cuando estuvo dispuesto a postularse, no obstante, Akame replicó; en defensa de los más débiles. Quién lo diría.
Sólo allí, el cogote de Kaido se alzó, y su sonrisa se arqueaba a medida de que se daba cuenta de que esa era su oportunidad de desquitarse. Una muy nimia y que quizás causaría un simple reproche en el oscuro corazón del Uchiha, pero por algo se había molestado en defender la vida de esa muchacha entre los ocho cabeza de Dragón, así que debía ser, por lo menos, una pizca de importante. Pero hay que ser realistas, Kaido podía conformarse con menos que eso. Después de todo, estamos hablando de un tipo sencillo. De placeres terrenales. Que disfruta de las victorias por muy pequeñas que sean.
—Yo acompañaré a Akame para encargarnos de esas Trillizas. Respecto a lo otro...
»Estoy de acuerdo con Ryū... tiene que morir —dijo, con toda la satisfacción del mundo—. y tengo un rebaño de tiburones, por cierto, que estarían a gusto con poder merendarse a la muchacha. Digo, por si nadie quiere ocuparse del trabajo sucio.