11/10/2019, 16:33
—Y una mierda. ¡Y una mierda! —exclamó Zaide, negándose a aceptarlo—. Mataré al bastardo que ose tocarle un puto pelo. Si esto va a ser así, ¡hagámoslo aquí y ahora!
Ryū volvió a tocar su dai tsuchi. Zaide se levantó y llevó ambas manos a cada nage ono.
—Puedes pedir una votación —medió la Anciana.
—¿En serio? —dijo, sarcástico—¿¡En serio vamos a tener que votar esto!? Y queréis gobernar Kiri así, ¿huh? ¿Apuñalándonos entre nosotros? ¿Eso nos hace más fuertes, Ryū? Joder, pero, ¡¿es que no tenéis ni un puto gramo de camaradería corriendo por vuestras venas?!
Ryū optó por una respuesta lacónica:
—Mi voto es matarla.
—También el mío —agregó la Anciana, cuya cabeza se partió por la mitad al segundo siguiente. Suerte que era un holograma, o el nage ono lanzado por Zaide estaría ahora incrustado en su cráneo y no en una estalagmita.
—¡Hija de puta! —estalló, fuera de sí—. ¡Os doy lo que tanto queríais! ¡Os entrego mi alma! ¿¡Y no es suficiente!?
—Si empezamos a conceder los caprichitos de cada uno, esto sí sería una casa de putas —le rebatió, sin sentir la necesidad de explicarse más.
—Voto lo mismo.
Incrédulo, Zaide se dejó caer de nuevo sobre su trono. Apenas le salió la voz:
—Siempre tuviste celos de ella.
—No seas crío. Tengo mis razones —aseguró Kyūtsuki.
La votación estaba en marcha y volaba. El peso recayó ahora en los hombros de Money. Y en su cuello, pues cabe recordar que todavía no le habían quitado el sello explosivo. Pequeño pero importante detalle.
—Y, pues, yo en su día ya voté no il a pol Zaide. Una példida de dinelo y reculsos, eso es lo que fue. —Y de una integrante del grupo—. Hemos asesinado a todo el glupo de Zaide. Les arrancamos sus cabezas y las colgamos en picas pol todo el Agua. Mandamos el mensaje, alto y claro, de lo que sucede cuando se nos jode. ¿Quién se acuelda ahora de Aiza? Nadie. Peldel el tiempo con ella con todo lo que tenemos entle manos, me palece un despeldicio y rizal el rizo. Incluso para ti, Ryū. Yo voto pol olvidalnos de ella.
Otohime emitió un largo suspiro.
—Opino parecido a Money. Además, no estamos para dividirnos. Menos en estos momentos. Quizá podríamos mar…
—¡Ni marcarla ni hostias! —estalló Zaide, iracundo—. No me jodas con esto también, Otohime. Tú no. —No sonaba amenazador. Más bien implorante.
—Bueno, mi voto es de indultarla —decidió finalmente.
Todos los ojos fueron a parar a Umikiba Kaido y Uchiha Akame. Tres votos a favor, tres en contra. Ellos, y solo ellos, tenían la llave.
Ryū volvió a tocar su dai tsuchi. Zaide se levantó y llevó ambas manos a cada nage ono.
—Puedes pedir una votación —medió la Anciana.
—¿En serio? —dijo, sarcástico—¿¡En serio vamos a tener que votar esto!? Y queréis gobernar Kiri así, ¿huh? ¿Apuñalándonos entre nosotros? ¿Eso nos hace más fuertes, Ryū? Joder, pero, ¡¿es que no tenéis ni un puto gramo de camaradería corriendo por vuestras venas?!
Ryū optó por una respuesta lacónica:
—Mi voto es matarla.
—También el mío —agregó la Anciana, cuya cabeza se partió por la mitad al segundo siguiente. Suerte que era un holograma, o el nage ono lanzado por Zaide estaría ahora incrustado en su cráneo y no en una estalagmita.
—¡Hija de puta! —estalló, fuera de sí—. ¡Os doy lo que tanto queríais! ¡Os entrego mi alma! ¿¡Y no es suficiente!?
—Si empezamos a conceder los caprichitos de cada uno, esto sí sería una casa de putas —le rebatió, sin sentir la necesidad de explicarse más.
—Voto lo mismo.
Incrédulo, Zaide se dejó caer de nuevo sobre su trono. Apenas le salió la voz:
—Siempre tuviste celos de ella.
—No seas crío. Tengo mis razones —aseguró Kyūtsuki.
La votación estaba en marcha y volaba. El peso recayó ahora en los hombros de Money. Y en su cuello, pues cabe recordar que todavía no le habían quitado el sello explosivo. Pequeño pero importante detalle.
—Y, pues, yo en su día ya voté no il a pol Zaide. Una példida de dinelo y reculsos, eso es lo que fue. —Y de una integrante del grupo—. Hemos asesinado a todo el glupo de Zaide. Les arrancamos sus cabezas y las colgamos en picas pol todo el Agua. Mandamos el mensaje, alto y claro, de lo que sucede cuando se nos jode. ¿Quién se acuelda ahora de Aiza? Nadie. Peldel el tiempo con ella con todo lo que tenemos entle manos, me palece un despeldicio y rizal el rizo. Incluso para ti, Ryū. Yo voto pol olvidalnos de ella.
Otohime emitió un largo suspiro.
—Opino parecido a Money. Además, no estamos para dividirnos. Menos en estos momentos. Quizá podríamos mar…
—¡Ni marcarla ni hostias! —estalló Zaide, iracundo—. No me jodas con esto también, Otohime. Tú no. —No sonaba amenazador. Más bien implorante.
—Bueno, mi voto es de indultarla —decidió finalmente.
Todos los ojos fueron a parar a Umikiba Kaido y Uchiha Akame. Tres votos a favor, tres en contra. Ellos, y solo ellos, tenían la llave.
¡Agradecimientos a Daruu por el dibujo de PJ y avatar tan OP! ¡Y a Reiji y Ayame por la firmaza! Si queréis una parecida, este es el lugar adecuado