12/10/2019, 13:16
Kaido movió el vaso del coco loco, que aparentemente estaba vacío.
—¿Tú quieres algo de beber, socio?
—No, estoy bien —soltó el escualo, acomodándose en la silla mientras escuchaba los cotilleos de los lugareños—. pues coño, claro que resolvió. Con los dos kusareños yéndose a casita con el rabo entre las patas. Cosa que no debe extrañarte, ya Yota nos tiene acostumbrados. ¿Te acuerdas cuando atracamos en el puerto de la Isla Monotonía? Yotita-kun se acojonó tanto que tuvo que volver al barco.
—¿Tú quieres algo de beber, socio?
—No, estoy bien —soltó el escualo, acomodándose en la silla mientras escuchaba los cotilleos de los lugareños—. pues coño, claro que resolvió. Con los dos kusareños yéndose a casita con el rabo entre las patas. Cosa que no debe extrañarte, ya Yota nos tiene acostumbrados. ¿Te acuerdas cuando atracamos en el puerto de la Isla Monotonía? Yotita-kun se acojonó tanto que tuvo que volver al barco.