13/10/2019, 20:46
—Hmm... —murmuró Daruu, echando la vista al techo con aire pensativo—. No lo sé, pero la verdad es que prefiero disfrutar de este ratito de libertad antes de averiguarlo. Si va en la misma línea de cazar traidores, mejor no tirar mucho de ese hilo, viviré más tranquilo.
Ayame agachó la mirada, con el corazón encogido. Era capaz de leer entre líneas las palabras de Daruu, y bien sabía que gran parte de su mensaje estaba referida a Umikiba Kaido, su antiguo camara y ahora exiliado en una organización criminal.
—Oye, Ayame —fue la voz de Daruu la que la sacó de su ensimismamiento, con un ligero brinco—. Que es verdad que te acabo de decir que prefiero disfrutar de la libertad, pero creo que el día está siendo demasiado tranquilo, ¿no? Igual sugerirle a Kōri-sensei pedir una nueva misión.
Ella volvió a sorber por su pajita y se relamió el chocolate de sus labios antes de responder.
—Kōri está fuera de la aldea ahora mismo, está liado con otra misión... —respondió, pasando la yema del dedo por el borde del vaso distraídamente. Tardó algunos segundos más en volver a hablar—. Aún... aún no se lo he dicho a papá... lo de enfrentarme a él, quiero decir. Prometí que lo haría cuando consiguiera ascender a Chuunin pero...