14/10/2019, 17:35
Reflexionó sobre las palabras de su acompañante. A otro podrían resultarle sabias, y lo eran, pero Kisame las ponía en tela de juicio y reflexionaba sobre ello. Quizás fuese bastante cerrado por no haber salido jamás de su aldea y le costase aceptar cosas diferentes, seguramente cuando creciera como ninja esa opinión respecto a las cosas diferentes cambiaría bastante, al menos eso era lo que le convenía.
-Necesitamos algún tipo de pertenencia, cosa o sitio donde haya estado o tenido el tipo que estamos buscando, así podremos comenzar a buscarlo -Comentó Kisame con voz relativamente baja mientras se acercaban al pueblo.
Parecía un pueblo pequeño, custodiado por un árbol enorme. Jamás había visto algo igual, era gigantesco y eso le sorprendía. En su tierra paenas había vegetación, y mucho menos como esa... Simplemente siguió al tal Karasu hacia donde le estaba guiando. No sabía moverse por ahí demasiado bien así que le tocaba confiar en él ciegamente para poder entrar a un sitio a comer algo caliente de una buena vez, sinceramente lo deseaba con muchas ganas. Una vez dentro, se sentó en la silla ordenadamente y posó sus cosas sobre la mesa, justo a su lado, intentando no ocupar demasiada porción de mesa.
-Un té por el momento, muchas gracias -Dijo, para después volverse hacia su compañero. Una vez que la camarera se fuera, le preguntaría -Qué hay por aquí que merezca la pena comer? Algo de la tierra, me gustaría probar algo diferente, ya que viajo. Francamente, la comida de Notsuba servía para sobrevivir y poco más, y estoy algo cansado de los frutos secos y la carne seca y salada -Comentó con tono neutro, excepto la última parte, en la cual se notaba cierto hastío por comer siempre lo mismo. A pesar de que no fuera un gran comedor, le gustaba tener cierta variedad.
-Necesitamos algún tipo de pertenencia, cosa o sitio donde haya estado o tenido el tipo que estamos buscando, así podremos comenzar a buscarlo -Comentó Kisame con voz relativamente baja mientras se acercaban al pueblo.
Parecía un pueblo pequeño, custodiado por un árbol enorme. Jamás había visto algo igual, era gigantesco y eso le sorprendía. En su tierra paenas había vegetación, y mucho menos como esa... Simplemente siguió al tal Karasu hacia donde le estaba guiando. No sabía moverse por ahí demasiado bien así que le tocaba confiar en él ciegamente para poder entrar a un sitio a comer algo caliente de una buena vez, sinceramente lo deseaba con muchas ganas. Una vez dentro, se sentó en la silla ordenadamente y posó sus cosas sobre la mesa, justo a su lado, intentando no ocupar demasiada porción de mesa.
-Un té por el momento, muchas gracias -Dijo, para después volverse hacia su compañero. Una vez que la camarera se fuera, le preguntaría -Qué hay por aquí que merezca la pena comer? Algo de la tierra, me gustaría probar algo diferente, ya que viajo. Francamente, la comida de Notsuba servía para sobrevivir y poco más, y estoy algo cansado de los frutos secos y la carne seca y salada -Comentó con tono neutro, excepto la última parte, en la cual se notaba cierto hastío por comer siempre lo mismo. A pesar de que no fuera un gran comedor, le gustaba tener cierta variedad.