15/10/2019, 14:34
(Última modificación: 15/10/2019, 14:39 por Uchiha Datsue. Editado 1 vez en total.)
Otohime asintió, complacida, tomándole la mano. Luego, le tomó del otro antebrazo para que pegase la otra mano en su cintura.
—Es fácil, solo tienes que seguir el ritmo —dijo, al identificar claramente el puro desconocimiento en la mirada de Akame—. Un, dos. Un, dos. Un… No pasa nada —dijo, cuando Akame le pisó. Por suerte, iba descalzo.
Uchiha Akame no era versado en el baile, eso estaba claro. Más por falta de práctica que por falta de destreza. Su mente de profesional, sin embargo, pronto se dio cuenta que aquello no difería tanto de cuando imitaba a un rival con el Sharingan. Solo tenía que habituarse al movimiento de Otohime, reflejar su paso con los suyos propios, acompasar su ritmo, su respiración…
Otohime se dejó caer hacia atrás, y Akame pudo cogerla por los pelos. Y entonces, como veía que el Uchiha lograba seguirle el ritmo, empezó a girar, a contorsionarse, a aterrizar en sus brazos con el peso de una pluma y a alejarse con la picardía de una musa, que tan rápido te iluminaba con un rayo de inspiración como te dejaba en la más profunda oscuridad.
Hubo tropiezos. Hubo más pisadas. Hubo risas.
—¡Oye, no tienes mal paso! —exclamó Otohime, dejándose caer finalmente sobre la cama—. Tú y yo deberíamos bailar más veces.
—Es fácil, solo tienes que seguir el ritmo —dijo, al identificar claramente el puro desconocimiento en la mirada de Akame—. Un, dos. Un, dos. Un… No pasa nada —dijo, cuando Akame le pisó. Por suerte, iba descalzo.
Uchiha Akame no era versado en el baile, eso estaba claro. Más por falta de práctica que por falta de destreza. Su mente de profesional, sin embargo, pronto se dio cuenta que aquello no difería tanto de cuando imitaba a un rival con el Sharingan. Solo tenía que habituarse al movimiento de Otohime, reflejar su paso con los suyos propios, acompasar su ritmo, su respiración…
Otohime se dejó caer hacia atrás, y Akame pudo cogerla por los pelos. Y entonces, como veía que el Uchiha lograba seguirle el ritmo, empezó a girar, a contorsionarse, a aterrizar en sus brazos con el peso de una pluma y a alejarse con la picardía de una musa, que tan rápido te iluminaba con un rayo de inspiración como te dejaba en la más profunda oscuridad.
Hubo tropiezos. Hubo más pisadas. Hubo risas.
—¡Oye, no tienes mal paso! —exclamó Otohime, dejándose caer finalmente sobre la cama—. Tú y yo deberíamos bailar más veces.
¡Agradecimientos a Daruu por el dibujo de PJ y avatar tan OP! ¡Y a Reiji y Ayame por la firmaza! Si queréis una parecida, este es el lugar adecuado