15/10/2019, 17:55
(Última modificación: 15/10/2019, 17:57 por Uchiha Datsue. Editado 1 vez en total.)
—Hay muchos dioses, pero te aseguro que ninguno se viste así.
Money rio por segunda vez, y hasta Otohime soltó un resoplido, conteniendo la risa.
—En eso estamos completamente de acueldo, blothel. —Luego hizo un ademán con la mano, desechando la segunda idea de Akame—. Y, pues, te olvidas que quien cleó esta nuestla olganización fue la Anciana. O eso dice ella —se encogió de hombros—. Mire, brothel, nosotlos somos como la Yamata-no-Orochi, ¿viste? Cada Cabeza piensa y siente de una manela, pelo al final todos compaltimos las necesidades de nuestlo cuelpo.
—Sekiryū nació entre los más pobres, Akame —intervino Otohime, buscando ser algo más específica que su camarada—. Entre los marineros y pescadores de Kasukami, cansados de ver cómo los ricos derrochaban caviar mientras ellos no tenían ni para un mendrugo. La Anciana aprovechó sus barcos y su pericia en el mar para traer los primeros cargamentos de contrabando. Nada tan serio como lo que traemos ahora, pero lo suficiente como para llenar el bolsillo de muchos.
»Pero claro, nada viene gratis. Las mafias no estaban contentas con un nuevo pez en su pecera. Hubo luchas. Hubo pérdidas. La Anciana no era la única líder de la organización, pero sí la única que sobrevivió. Llegó a la conclusión de que Dragón Rojo debía estar compuesto por ocho Cabezas, como Yamata-no-Orochi, porque así la muerte de un líder no supondría la desbandada de la organización. Si alguien quería derrotarnos, tendría que matar a los ocho.
»Y, viendo la desorganización y disputas internas que acabaron con nosotros en los primeros años, decidió que lo mejor sería resolverlo todo por votaciones. Votaciones y el Kaji Saiban en caso de empate. Optó por el mal menor: una muerte frente al caos sale barato a la larga.
Otohime suspiró.
—Y después cada uno te puede contar su propia película. Shaneji decía que estábamos para devolver la gloria a Kirigakure no Sato. Decía que no podíamos vender droga a los nuestros si verdaderamente queríamos lo mejor para nuestro país.
—No tenía mal corazón, en el fondo. Pelo no tenía ojos pal negocio —intervino Money. Claramente Shaneji había perdido aquella votación. Una en la que el propio Kaido había participado.
—Zaide ahora quiere que seamos revolucionarios. La Anciana siempre tuvo como objetivo de llegar a lo más alto y obtener el poder de cambiar las cosas desde dentro. Y Ryū se piensa que la mejor forma de defendernos es hacernos ver como intocables... como dioses.
—Y, pues, lo que yo decía, ¿no? Pelo más alalgado. ¿Y tú qué, Akame? ¿Cuál es tu objetivo? Estabas muy convencido de que querías entlal en esta nuestla olganización. ¿Fue solo para soblevivil?
Money rio por segunda vez, y hasta Otohime soltó un resoplido, conteniendo la risa.
—En eso estamos completamente de acueldo, blothel. —Luego hizo un ademán con la mano, desechando la segunda idea de Akame—. Y, pues, te olvidas que quien cleó esta nuestla olganización fue la Anciana. O eso dice ella —se encogió de hombros—. Mire, brothel, nosotlos somos como la Yamata-no-Orochi, ¿viste? Cada Cabeza piensa y siente de una manela, pelo al final todos compaltimos las necesidades de nuestlo cuelpo.
—Sekiryū nació entre los más pobres, Akame —intervino Otohime, buscando ser algo más específica que su camarada—. Entre los marineros y pescadores de Kasukami, cansados de ver cómo los ricos derrochaban caviar mientras ellos no tenían ni para un mendrugo. La Anciana aprovechó sus barcos y su pericia en el mar para traer los primeros cargamentos de contrabando. Nada tan serio como lo que traemos ahora, pero lo suficiente como para llenar el bolsillo de muchos.
»Pero claro, nada viene gratis. Las mafias no estaban contentas con un nuevo pez en su pecera. Hubo luchas. Hubo pérdidas. La Anciana no era la única líder de la organización, pero sí la única que sobrevivió. Llegó a la conclusión de que Dragón Rojo debía estar compuesto por ocho Cabezas, como Yamata-no-Orochi, porque así la muerte de un líder no supondría la desbandada de la organización. Si alguien quería derrotarnos, tendría que matar a los ocho.
»Y, viendo la desorganización y disputas internas que acabaron con nosotros en los primeros años, decidió que lo mejor sería resolverlo todo por votaciones. Votaciones y el Kaji Saiban en caso de empate. Optó por el mal menor: una muerte frente al caos sale barato a la larga.
Otohime suspiró.
—Y después cada uno te puede contar su propia película. Shaneji decía que estábamos para devolver la gloria a Kirigakure no Sato. Decía que no podíamos vender droga a los nuestros si verdaderamente queríamos lo mejor para nuestro país.
—No tenía mal corazón, en el fondo. Pelo no tenía ojos pal negocio —intervino Money. Claramente Shaneji había perdido aquella votación. Una en la que el propio Kaido había participado.
—Zaide ahora quiere que seamos revolucionarios. La Anciana siempre tuvo como objetivo de llegar a lo más alto y obtener el poder de cambiar las cosas desde dentro. Y Ryū se piensa que la mejor forma de defendernos es hacernos ver como intocables... como dioses.
—Y, pues, lo que yo decía, ¿no? Pelo más alalgado. ¿Y tú qué, Akame? ¿Cuál es tu objetivo? Estabas muy convencido de que querías entlal en esta nuestla olganización. ¿Fue solo para soblevivil?
¡Agradecimientos a Daruu por el dibujo de PJ y avatar tan OP! ¡Y a Reiji y Ayame por la firmaza! Si queréis una parecida, este es el lugar adecuado