16/10/2019, 20:31
Otohime negó con la cabeza.
—No me sorprende, no. Que su labia no te confunda, Akame —dijo cuando el Uchiha le contó sobre el secuestro—. El odio que Zaide tiene hacia las Villas le llevó a cometer muchas atrocidades. No es el santito que se dibujó en la Gran Reunión.
Aunque supuso que alguien tan inteligente como él ya lo sabía. Lo que sí le pilló por sorpresa fue la confesión posterior. ¿Una bestia en sus entrañas? ¿Una pugna de lobos? Pero, ¿de qué cojones hablaba aquel loco? ¿Acaso no era más que un Shaneji con la diferencia de que lograba reprimirse? Y, pensándolo mejor, ¿por qué se sorprendía? Había matado a su compañero a la primera oportunidad. Pues claro que era un tío sangriento, por muy tranquilo y opuesto que fuese a Shaneji por fuera.
El Uchiha tuvo que ver su mirada, porque de pronto soltó una risotada y se excusó en una obra de teatro. Ya, claro. Pero, ni corto ni perezoso, se propuso hacerle una demostración. A Otohime casi se le cae la mandíbula al suelo.
—¿Q-qué…?
—¿No te suena?
Tuvo que llevarse una mano a la boca para disimular su risa. Joder, ¡aquel tío no dejaba de sorprenderla!
—Para nada —Pero, ¿qué tipo de obras veía aquel chico? Fue entonces cuando se dio cuenta. A pesar de la fuerza con la que había entrado, Akame… no era más que un chico. ¿Qué tendría, quince, dieciséis años? Un maldito adolescente al que la vida, probablemente, le había tratado con la dureza y crueldad de un adulto—. ¡Un día tienes que llevarme a una de esas obras! —exclamó risueña. Luego dudó—. Oye… Sabías que tarde o temprano te lo iba a preguntar —se señaló su propio rostro—. ¿Qué te pasó?
—No me sorprende, no. Que su labia no te confunda, Akame —dijo cuando el Uchiha le contó sobre el secuestro—. El odio que Zaide tiene hacia las Villas le llevó a cometer muchas atrocidades. No es el santito que se dibujó en la Gran Reunión.
Aunque supuso que alguien tan inteligente como él ya lo sabía. Lo que sí le pilló por sorpresa fue la confesión posterior. ¿Una bestia en sus entrañas? ¿Una pugna de lobos? Pero, ¿de qué cojones hablaba aquel loco? ¿Acaso no era más que un Shaneji con la diferencia de que lograba reprimirse? Y, pensándolo mejor, ¿por qué se sorprendía? Había matado a su compañero a la primera oportunidad. Pues claro que era un tío sangriento, por muy tranquilo y opuesto que fuese a Shaneji por fuera.
El Uchiha tuvo que ver su mirada, porque de pronto soltó una risotada y se excusó en una obra de teatro. Ya, claro. Pero, ni corto ni perezoso, se propuso hacerle una demostración. A Otohime casi se le cae la mandíbula al suelo.
—¿Q-qué…?
—¿No te suena?
Tuvo que llevarse una mano a la boca para disimular su risa. Joder, ¡aquel tío no dejaba de sorprenderla!
—Para nada —Pero, ¿qué tipo de obras veía aquel chico? Fue entonces cuando se dio cuenta. A pesar de la fuerza con la que había entrado, Akame… no era más que un chico. ¿Qué tendría, quince, dieciséis años? Un maldito adolescente al que la vida, probablemente, le había tratado con la dureza y crueldad de un adulto—. ¡Un día tienes que llevarme a una de esas obras! —exclamó risueña. Luego dudó—. Oye… Sabías que tarde o temprano te lo iba a preguntar —se señaló su propio rostro—. ¿Qué te pasó?
¡Agradecimientos a Daruu por el dibujo de PJ y avatar tan OP! ¡Y a Reiji y Ayame por la firmaza! Si queréis una parecida, este es el lugar adecuado