18/10/2019, 01:45
Kisame observó el filete sonriente. Aquello si que era un premio después de tanta caminata, se lo merecía totalmente. Comenzó a comerlo con calma, sin apurarse demasiado y disfrutando del sabor, como siempre hacía cuando comía algo decente y no simples raciones de viaje. Había acabado por odiarlas después de tanto comerlas, pero cuando se andaba por ahíe ra lo que había, comida no perecedera y de bajo precio para poder llevar bastante cantidad.
-Necesito saber si ese tipo es buena persona. La verdad es que no me importa demasiado su pequeña cruzada y sus movidas, pero creo en el gobierno de las personas buenas, y que nadie con maldad en su ser debería de tener ningún cargo de poder, u ostentar el liderazgo de algún tipo de movimiento social. La justicia es imperfecta, pero la bondad no -Comentó el amejin antes de meterse un trozo de filete a la boca y masticarlo con gusto, orgulloso de su discurso. Por alguna razón se sentía tranquilo de contarle aquello al renegado. Esa seguridad que tienes cuando le cuentas algo a un desconocido, mucha más de la que te puede dar alguien de no demasiada confianza.
No dijo nada más en un buen rato, mientras disfrutaba del filete que le habían servido. Francamente, le había gustado mucho, pero sabía que no podría permitirse ese tipo de comida muchas más veces... Como persona humilde, estos eran lujos ocasionales.
-Por cierto... No te creas que se me ha olvidado... Que hay de tus ojos? -Preguntó un poco más tarde, bajando bastante la voz en la última parte de modo que nadie más le escuchara la pregunta aparte de su compañero. No pretendía irse a casa sin saber aquello y lo cierto era que llevaba con aquella duda desde el enfrentamiento que habían tenido con aquel feroz oso pardo.
-Necesito saber si ese tipo es buena persona. La verdad es que no me importa demasiado su pequeña cruzada y sus movidas, pero creo en el gobierno de las personas buenas, y que nadie con maldad en su ser debería de tener ningún cargo de poder, u ostentar el liderazgo de algún tipo de movimiento social. La justicia es imperfecta, pero la bondad no -Comentó el amejin antes de meterse un trozo de filete a la boca y masticarlo con gusto, orgulloso de su discurso. Por alguna razón se sentía tranquilo de contarle aquello al renegado. Esa seguridad que tienes cuando le cuentas algo a un desconocido, mucha más de la que te puede dar alguien de no demasiada confianza.
No dijo nada más en un buen rato, mientras disfrutaba del filete que le habían servido. Francamente, le había gustado mucho, pero sabía que no podría permitirse ese tipo de comida muchas más veces... Como persona humilde, estos eran lujos ocasionales.
-Por cierto... No te creas que se me ha olvidado... Que hay de tus ojos? -Preguntó un poco más tarde, bajando bastante la voz en la última parte de modo que nadie más le escuchara la pregunta aparte de su compañero. No pretendía irse a casa sin saber aquello y lo cierto era que llevaba con aquella duda desde el enfrentamiento que habían tenido con aquel feroz oso pardo.