6/11/2019, 19:32
(Última modificación: 6/11/2019, 19:33 por Amedama Daruu.)
Daruu terminó de prepararle el batido sin dejar de mirarla con una ceja levantada, y lo virtió en una copa de cristal. Cogió un bote de nata de la nevera y lo coronó con un chorro en forma de cono y un par de flores de regalo. Tomó el batido y se lo tendió al lado de la porción de pastel de fresa que ya le había servido Ayame.
Pero la muchacha seguía embobada, con la boca abierta, como si realmente no estuviese allí.
—Oye, me estás incomodando —dijo Daruu, rascándose la nuca y desviando la mirada a un lado—. Seguro que has tenido que ver a algún que otro jōnin más. Vives en una aldea ninja, ya sabes.