13/11/2019, 19:43
(Última modificación: 13/11/2019, 19:43 por Uchiha Akame.)
Akame compuso apenas una mueca amarga; sí, el poder del Mangekyō había salvado la vida de aquella mujer, pero aunque ella fuese ignorante del precio a pagar, su poseedor no lo era. El Uchiha habría querido decírselo a Otohime, señalarse el ojo izquierdo del que se derramaban lágrimas de sangre, y hablarle de cómo había conseguido tal poder. Pero no dijo nada, y en su lugar, simplemente calló para comenzar a caminar hacia la vorágine de aquel duelo entre titanes.
La acción se desarrolló, frenética, hasta llegar al punto de no retorno, aquel en el que Zaide tuvo que escoger entre salvar la vida de su compañero animal o ganar el duelo en ese instante. Akame observaba todo con los ojos muy abiertos —todavía dolorido el izquierdo— y una reflexión en la cabeza: Uchiha Zaide iba a perder aquel combate por quererlo todo. Desde el principio la razón de ser del Kaji Saiban era el amor de un viejo ninja por su compañera, cuya cabeza tenía precio en Sekiryuu. Zaide, que había podido ganar y poner así a salvo a quien le importaba, había elegido en su lugar a "Brisa Cálida"; condenando, así, a la desconocida muchacha por cuya vida se estaba jugando la propia. Akame lo encontró contradictorio, y amargo. ¿Iba a quedarse sin su ansiada charla, de Uchiha a Uchiha, tan pronto?
Chasqueó la lengua, molesto.
—Al final, por aquellos que queremos, siempre hay que pagar un precio —masculló, recordando una de las enseñanzas de su otrora maestra. Qué razón tenía, incluso aunque ahora le ardían las entrañas de tener que reconocerlo.
La acción se desarrolló, frenética, hasta llegar al punto de no retorno, aquel en el que Zaide tuvo que escoger entre salvar la vida de su compañero animal o ganar el duelo en ese instante. Akame observaba todo con los ojos muy abiertos —todavía dolorido el izquierdo— y una reflexión en la cabeza: Uchiha Zaide iba a perder aquel combate por quererlo todo. Desde el principio la razón de ser del Kaji Saiban era el amor de un viejo ninja por su compañera, cuya cabeza tenía precio en Sekiryuu. Zaide, que había podido ganar y poner así a salvo a quien le importaba, había elegido en su lugar a "Brisa Cálida"; condenando, así, a la desconocida muchacha por cuya vida se estaba jugando la propia. Akame lo encontró contradictorio, y amargo. ¿Iba a quedarse sin su ansiada charla, de Uchiha a Uchiha, tan pronto?
Chasqueó la lengua, molesto.
—Al final, por aquellos que queremos, siempre hay que pagar un precio —masculló, recordando una de las enseñanzas de su otrora maestra. Qué razón tenía, incluso aunque ahora le ardían las entrañas de tener que reconocerlo.