20/11/2019, 19:15
(Última modificación: 20/11/2019, 19:15 por Uchiha Akame.)
La señora Kobayashi no tardó en interpretar las palabras de Kisame como una invitación para concluir el —brevísimo— interrogatorio, de modo que con un gesto de su mano, cargado de suficiencia, despachó al servicio. Estos se retiraron tras una protocolaria referencia, desapareciendo tras el umbral de la puerta para volver a sus quehaceres. La cliente, brazos en jarra y ceja arqueada, miró primero a Kisame y luego al mudito de su compañero.
—¿Y bien? —quiso saber, tamborileando con los dedos de su mano diestra en señal de impaciencia. Parecía que la buena disposición empezaba a diluirse en el jarabe de lo inmediato. Quería una solución a su particular problema, y como toda persona con poder, no estaba acostumbrada a que el servicio la hiciese esperar—. ¿Es todo lo que necesitas de estos inútiles? Realmente, genin-san, no sé por qué te molestas en hablar con ellos. Estos pazguatos no sabrían ni encontrarse el trasero si no lo llevaran pegado a la espalda. Les hago un favor dándoles trabajo, sin mi estarían en la puta calle partiéndose el espinazo por cuatro duros.
—¿Y bien? —quiso saber, tamborileando con los dedos de su mano diestra en señal de impaciencia. Parecía que la buena disposición empezaba a diluirse en el jarabe de lo inmediato. Quería una solución a su particular problema, y como toda persona con poder, no estaba acostumbrada a que el servicio la hiciese esperar—. ¿Es todo lo que necesitas de estos inútiles? Realmente, genin-san, no sé por qué te molestas en hablar con ellos. Estos pazguatos no sabrían ni encontrarse el trasero si no lo llevaran pegado a la espalda. Les hago un favor dándoles trabajo, sin mi estarían en la puta calle partiéndose el espinazo por cuatro duros.