8/12/2019, 17:01
El amejin asentía ante las palabras del hombre. Sus información de que la mujer era algo suelta de cascos se confirmaba por momentos. Al principio le había parecido una habladuría exagerada de pueblo pero parecía que aquel hombre se lo estaba confirmando con sus palabras y su comportamiento al escuchar ese nombre. Apuró su té y quiso ser educado con el hombre antes de irse.
-Gracias, pase buena noche -Contestó antes de abandonar el local para intentar dirigirse, entre el gentío hacia la ubicación en la que había quedado con su compañero Karasu.
Él había sido quien le había ofrecido el trabajo y, además, le había demostrado ser una persona de fiar en cuanto a los negocios. No tenía ni una sola razón para dejarle tirado y continuar por su cuenta. Quizás podría ser un tipo excéntrico pero también bastante agradecido. Intentó sortear a la gente que se amontonaba por las calles, dirigiéndose a los lugares de ocio y esparcimiento y a sus casas por la caída de la noche. No se veía tan bien como antes pero esperaba no perderse en la aldea. Esta era más grande que la anterior...
Antes de dirigirse hacia allí, con su bandana aún tapada, intentó interceptar a un transeúnte que pareciese lugareño. Supuso que no sería complicado distinguirlos ya que, ese tipo de gente que vivía allí no llevarían ningún tipo de equipaje y, además, tendrían ese toque rural de la gente de la otra zona, por lo que buscó a un chico de relativa juventud, interceptándolo con calma para no asustarle apareciendo de la nada. Si este se detenía, se dirigiría a él para preguntarle por la Plaza del Alzamiento.
-Perdone, sabría indicarme para llegar a la Plaza del Alzamiento? -Tan correcto como siempre, esperando no perderse.
-Gracias, pase buena noche -Contestó antes de abandonar el local para intentar dirigirse, entre el gentío hacia la ubicación en la que había quedado con su compañero Karasu.
Él había sido quien le había ofrecido el trabajo y, además, le había demostrado ser una persona de fiar en cuanto a los negocios. No tenía ni una sola razón para dejarle tirado y continuar por su cuenta. Quizás podría ser un tipo excéntrico pero también bastante agradecido. Intentó sortear a la gente que se amontonaba por las calles, dirigiéndose a los lugares de ocio y esparcimiento y a sus casas por la caída de la noche. No se veía tan bien como antes pero esperaba no perderse en la aldea. Esta era más grande que la anterior...
Antes de dirigirse hacia allí, con su bandana aún tapada, intentó interceptar a un transeúnte que pareciese lugareño. Supuso que no sería complicado distinguirlos ya que, ese tipo de gente que vivía allí no llevarían ningún tipo de equipaje y, además, tendrían ese toque rural de la gente de la otra zona, por lo que buscó a un chico de relativa juventud, interceptándolo con calma para no asustarle apareciendo de la nada. Si este se detenía, se dirigiría a él para preguntarle por la Plaza del Alzamiento.
-Perdone, sabría indicarme para llegar a la Plaza del Alzamiento? -Tan correcto como siempre, esperando no perderse.