14/12/2019, 12:40
Pero Katsudon decidió dedicarle un momento a su confundido compañero. Se dio la vuelta, se arrodilló frente a él y puso sus dos enormes manos sobre sus hombros.
—Escucha un momento. Estoy seguro de que aprendes después de cada entrenamiento, después de cada pelea. Con la gente es igual. Aprendes a escuchar más allá de las palabras. A interpretar el tono, el lenguaje corporal —dijo—. Cierra los ojos, y cierra tu corazón al dolor y al desengaño. Piensa, piensa, piensa. Recuerda. Recuerda cómo ha sido viajar con Yuuna. ¿De verdad crees que esa muchacha quería traicionarnos? Recuerda el encuentro con el bi... con Gyūki. Recuerda cómo se trataban entre ellos. La confianza que él depositó en ti. Y cómo parecía confiar en Yuuna también.
»Y luego cuando llegamos aquí. Los samurái del puente nos trataron estupendamente. Y aunque nuestro amigo el soso nos trató con bastante indiferencia durante el camino a la posada, Yuuna se refirió a él por su nombre. Además, igual solo le caímos gordos cuando decidimos bromear con él. —Katsudon se rascó la nuca y volvió a levantarse—. Sea como sea, tendrás que admitir que es sospechoso que un guardia te encierre, otro te dé una llave para salir de esa misma celda y un tercero se escandalice y se ponga maldecir a grito pelado a la misma persona que anda dando órdenes al primero y llamándole por su nombre de pila como si lo conociese de toda la vida. —Se dio la vuelta—. Escucha. Muchos de estos hombres sólo siguen órdenes. Algunos tendrán familia, y no seguirlas sería condenarlas a todas a la muerte o al exilio. Viví eso muy de cerca cuando Uzumaki Zoku estuvo en el poder.
»No se lo tengas en cuenta. Yo no tuve intención de oponerme a Zoku hasta que Hanabi-kun dio el paso por mi. Y quizás Yuuna sea esa valiente está vez. Pero hay una cosa, Reiji-kun, que es la que más me mosquea de todas.
»Hemos estado hipervigilados desde que pusimos pies en Sanrō-yama. No nos han quitado el ojo de encima. Y sin embargo, en la posada nos atacaron unos ninjas que NADIE había visto entrar. Los mismos ninjas que intentaron matarnos en el barco. A los tres. A Yuuna también. Los hombres de Kurama.
»Creo que está vez tendremos que mojarnos hasta el cuello en el fango, Reiji-kun. Aquí hay un asunto muy turbio.
—Escucha un momento. Estoy seguro de que aprendes después de cada entrenamiento, después de cada pelea. Con la gente es igual. Aprendes a escuchar más allá de las palabras. A interpretar el tono, el lenguaje corporal —dijo—. Cierra los ojos, y cierra tu corazón al dolor y al desengaño. Piensa, piensa, piensa. Recuerda. Recuerda cómo ha sido viajar con Yuuna. ¿De verdad crees que esa muchacha quería traicionarnos? Recuerda el encuentro con el bi... con Gyūki. Recuerda cómo se trataban entre ellos. La confianza que él depositó en ti. Y cómo parecía confiar en Yuuna también.
»Y luego cuando llegamos aquí. Los samurái del puente nos trataron estupendamente. Y aunque nuestro amigo el soso nos trató con bastante indiferencia durante el camino a la posada, Yuuna se refirió a él por su nombre. Además, igual solo le caímos gordos cuando decidimos bromear con él. —Katsudon se rascó la nuca y volvió a levantarse—. Sea como sea, tendrás que admitir que es sospechoso que un guardia te encierre, otro te dé una llave para salir de esa misma celda y un tercero se escandalice y se ponga maldecir a grito pelado a la misma persona que anda dando órdenes al primero y llamándole por su nombre de pila como si lo conociese de toda la vida. —Se dio la vuelta—. Escucha. Muchos de estos hombres sólo siguen órdenes. Algunos tendrán familia, y no seguirlas sería condenarlas a todas a la muerte o al exilio. Viví eso muy de cerca cuando Uzumaki Zoku estuvo en el poder.
»No se lo tengas en cuenta. Yo no tuve intención de oponerme a Zoku hasta que Hanabi-kun dio el paso por mi. Y quizás Yuuna sea esa valiente está vez. Pero hay una cosa, Reiji-kun, que es la que más me mosquea de todas.
»Hemos estado hipervigilados desde que pusimos pies en Sanrō-yama. No nos han quitado el ojo de encima. Y sin embargo, en la posada nos atacaron unos ninjas que NADIE había visto entrar. Los mismos ninjas que intentaron matarnos en el barco. A los tres. A Yuuna también. Los hombres de Kurama.
»Creo que está vez tendremos que mojarnos hasta el cuello en el fango, Reiji-kun. Aquí hay un asunto muy turbio.
![[Imagen: MsR3sea.png]](https://i.imgur.com/MsR3sea.png)
Esta cuenta representa a la totalidad de los administradores de NinjaWorld.es