26/12/2019, 14:00
Juro tembló cuando su líder reaccionó al escuchar que Yubiwa era el enemigo. Quebró la mesa de un puñetazo, haciendo un boquete que no se iría facilente. Después, arrojó la silla al suelo y cuando el chico pensaba que él sería el siguiente, empezó a calmarse, poco a poco. En apariencia, claro esta. Nada le preparía para lo que se venía.
No. El marionetista no se había dado cuenta, pero en ese momento, estaba en el ojo de un verdadero huracan.
«Lo sabe, lo sabe » — ¿Mentirle a su Kage! ¡Era un maldito idiota! Podía engañar a su amigo, o incluso a un puñado de ANBU, que ya estaban de por sí lo suficientemente confusos. Pero... ¿Engañar a su líder? Debió haber imaginado que era algo imposible.
Mientras escuchaba uno a uno sus fallos, se enrojeció por la verguenza. No era un buen mentiroso y nunca lo sería.
Maldijo por lo bajo. No debía de haber tomado ese camino. Por mucho que no confiara en él. Quizá si hubiera sido dado una información más vagoa sin llegar a mentir... quizá hubiera podido salir de ahí sin pasar por aquello. Pero ya era tarde para pensar en eso. Ahora mismo, le quedaba poco.
« Perdoname. Es cierto que si cuento la verdad la cosa puede salir mal. Pero si miento, también estamos jodidos » — Estaba demasiado conmocionado para actuar . Pero tenía que hacerlo. Sintió a la criatura que tenía dentro también, a la espera de ver que ocurría. Que palabras salían de su boca. Cómo reaccionaría su líder.
Era todo o nada.
— S-soy Eikyuu Juro y nadie más — La voz le temblaba. Intentó mantenerse firme —. Lo lamento profundamente, Kenzou-sama. El intentar mentirle ha sido una estúpida decisión mía.
» He cometido un error al tratar de ocultarle la verdad. Sentí miedo de ver cómo reaccionaría — murmuró. Sintió ganas de mirar a la silla rota y la mesa abierta , pero se contuvo —. Kurama es nuestro enemigo, eso es cierto. Pero cometimos un error al pensar que todos los bijuu estarían a favor de él. Ni de lejos. Kenzou-sama, por favor, le ruego que me escuche y que me crea. Hasta ahora, no sabíamos nada de estas criaturas, además de que fueron monstruos voraces que asesinaron a multitudes y continen un chakra infinito. Sin embargo, hay más que eso. Al igual que cuando me encontré con el Gobi, cada una de estas criaturas tiene voluntad. Un pensamiento. Una personalidad. Su conciencia es distinta a la de los humanos, desde luego, pero es posible hablar con ellos y comunicarte.
Juro carraspeó. Si seguía vivo de momento, es que no iba tan mal la cosa, ¿verdad?
— Yo cuestioné a Yubiwa. Le dije que no creía en sus métodos y que Kurama no era un líder, sino un futuro homicida, que destruiría naciones enteras solo por liderar a la humanidad. Y tenía razón. Kurama vino solamente para clavar sus ojos en mí y asegurarme que haría sacrificios para garantizar su imperio. Su imperio — remarcó Juro —. Sé que en nuestra anterior reunión le hablé de unas palabras que les dedicó su padre creador a los bijuu. Bien, pues ahora ya las sé. Antes de morir, él les dijo que en un futuro, ellos, los bijuu, tendrían que colaborar con los humanos, para enfrentar un mal mayor. Sin embargo, Kurama ha malinterpretado esas palabras. Esta creando un imperio para dominar la humanidad. De alguna forma, se ha vuelto el mal mayor del que hablaban.
» Cuando todo estaba a punto de terminarse para mí... mi bijuu me salvó. M-me dijo que Kurama había errado en su proposito y en las palabras de su padre y que debíamos detenerle. Que confiaba en mí para hacerlo — la voz le temblaba, pero era la realidad —. Me prestó poder. El poder suficiente como para liberarme y atacar a Yubiwa con todo. Gracias a él, pude escapar. Sé que usted no confia en estas criaturas y hasta hace poco, yo tampoco. Pero quiero que lo entienda, Kenzou-sama. El bijuu eligió ayudarme a mi y se rebeló contra Kurama. Me permitió matar a uno de sus generales con la técnica que Ayame utilizó en el examen chuunin. Podría haber esperado y haber tomado mi cuerpo, pero en lugar de eso, decidió ponerse del lado de Kusagakure.
¿Podría su líder perdonar sus actos? No estaba seguro. Le había ocultado una información importante. Probablemente, la cosa iba a acabar mal para él.
— No debería haber osado en ocultarle una información tan relevante. No sé como disculparme. Solamente quería un poco más de tiempo para aclarar esta historia de los generales, Kurama, el imperio y los bijuus. Toda la información aún baila en mi cabeza — Desconfiase o no de él, como Chomei le había dicho, era su líder al fin y al cabo y lo necesitaba para enfrentarse a Kurama. No había pensado en ocultárselo para siempre. Eso era verdad. Era la pura verdad.
Miró a su líder. Ahora, la sinceridad era su única arma. Estaba expuesto, y sin ideas. Si eso fracasaba, se habría acabado para él y para Chomei, que debía de estar lamentando en ese momento haber sido sellado en un humano tan estúpido como él
No. El marionetista no se había dado cuenta, pero en ese momento, estaba en el ojo de un verdadero huracan.
«Lo sabe, lo sabe » — ¿Mentirle a su Kage! ¡Era un maldito idiota! Podía engañar a su amigo, o incluso a un puñado de ANBU, que ya estaban de por sí lo suficientemente confusos. Pero... ¿Engañar a su líder? Debió haber imaginado que era algo imposible.
Mientras escuchaba uno a uno sus fallos, se enrojeció por la verguenza. No era un buen mentiroso y nunca lo sería.
Maldijo por lo bajo. No debía de haber tomado ese camino. Por mucho que no confiara en él. Quizá si hubiera sido dado una información más vagoa sin llegar a mentir... quizá hubiera podido salir de ahí sin pasar por aquello. Pero ya era tarde para pensar en eso. Ahora mismo, le quedaba poco.
« Perdoname. Es cierto que si cuento la verdad la cosa puede salir mal. Pero si miento, también estamos jodidos » — Estaba demasiado conmocionado para actuar . Pero tenía que hacerlo. Sintió a la criatura que tenía dentro también, a la espera de ver que ocurría. Que palabras salían de su boca. Cómo reaccionaría su líder.
Era todo o nada.
— S-soy Eikyuu Juro y nadie más — La voz le temblaba. Intentó mantenerse firme —. Lo lamento profundamente, Kenzou-sama. El intentar mentirle ha sido una estúpida decisión mía.
» He cometido un error al tratar de ocultarle la verdad. Sentí miedo de ver cómo reaccionaría — murmuró. Sintió ganas de mirar a la silla rota y la mesa abierta , pero se contuvo —. Kurama es nuestro enemigo, eso es cierto. Pero cometimos un error al pensar que todos los bijuu estarían a favor de él. Ni de lejos. Kenzou-sama, por favor, le ruego que me escuche y que me crea. Hasta ahora, no sabíamos nada de estas criaturas, además de que fueron monstruos voraces que asesinaron a multitudes y continen un chakra infinito. Sin embargo, hay más que eso. Al igual que cuando me encontré con el Gobi, cada una de estas criaturas tiene voluntad. Un pensamiento. Una personalidad. Su conciencia es distinta a la de los humanos, desde luego, pero es posible hablar con ellos y comunicarte.
Juro carraspeó. Si seguía vivo de momento, es que no iba tan mal la cosa, ¿verdad?
— Yo cuestioné a Yubiwa. Le dije que no creía en sus métodos y que Kurama no era un líder, sino un futuro homicida, que destruiría naciones enteras solo por liderar a la humanidad. Y tenía razón. Kurama vino solamente para clavar sus ojos en mí y asegurarme que haría sacrificios para garantizar su imperio. Su imperio — remarcó Juro —. Sé que en nuestra anterior reunión le hablé de unas palabras que les dedicó su padre creador a los bijuu. Bien, pues ahora ya las sé. Antes de morir, él les dijo que en un futuro, ellos, los bijuu, tendrían que colaborar con los humanos, para enfrentar un mal mayor. Sin embargo, Kurama ha malinterpretado esas palabras. Esta creando un imperio para dominar la humanidad. De alguna forma, se ha vuelto el mal mayor del que hablaban.
» Cuando todo estaba a punto de terminarse para mí... mi bijuu me salvó. M-me dijo que Kurama había errado en su proposito y en las palabras de su padre y que debíamos detenerle. Que confiaba en mí para hacerlo — la voz le temblaba, pero era la realidad —. Me prestó poder. El poder suficiente como para liberarme y atacar a Yubiwa con todo. Gracias a él, pude escapar. Sé que usted no confia en estas criaturas y hasta hace poco, yo tampoco. Pero quiero que lo entienda, Kenzou-sama. El bijuu eligió ayudarme a mi y se rebeló contra Kurama. Me permitió matar a uno de sus generales con la técnica que Ayame utilizó en el examen chuunin. Podría haber esperado y haber tomado mi cuerpo, pero en lugar de eso, decidió ponerse del lado de Kusagakure.
¿Podría su líder perdonar sus actos? No estaba seguro. Le había ocultado una información importante. Probablemente, la cosa iba a acabar mal para él.
— No debería haber osado en ocultarle una información tan relevante. No sé como disculparme. Solamente quería un poco más de tiempo para aclarar esta historia de los generales, Kurama, el imperio y los bijuus. Toda la información aún baila en mi cabeza — Desconfiase o no de él, como Chomei le había dicho, era su líder al fin y al cabo y lo necesitaba para enfrentarse a Kurama. No había pensado en ocultárselo para siempre. Eso era verdad. Era la pura verdad.
Miró a su líder. Ahora, la sinceridad era su única arma. Estaba expuesto, y sin ideas. Si eso fracasaba, se habría acabado para él y para Chomei, que debía de estar lamentando en ese momento haber sido sellado en un humano tan estúpido como él
Hablo / Pienso
Avatar hecho por la increible Eri-sama.
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Sellos implantados: Hermandad intrepida
- Juro y Datsue : Aliento nevado, 218. Poder:60