10/01/2020, 02:49
Parecía que, en efecto, su suposición era cierta. Aquel era el hijo de esa mujer y, por su reacción, seguramente no tuviera ni idea de eso... Esperaba al menos que supiera donde podría encontrarlo. De lo contrario, tristemente su viaje habría sido en vano, y se iría a casa sin dinero y sin pista tras la que ir. Desde luego, si algún día volvía a ver a ese Karasu, le diría al menos, podría haberse despedido.
Desde luego, siempre es un duro golpe para una madre descubrir que su hijo es buscado por la ley de alguna parte. aunque tuviese el culo bien cubierto con ese seudónimo y su capacidad para desaparecer de los sitios, era una vida complicada esa. Buscó en su inexperta cabeza qué palabras decirle para que se tranquilizara, pero no se le ocurría nada. Así que esperó unos minutos a que quizás la mujer se calmara un poco antes de hablar para insistir en su pregunta. Aunque no pudiera evitar empatizar con aquella mujer por eso de ser humano, no debía de olvidarse de a qué había venido a este sitio tan lejos de su hogar, con lo cual, al cabo de un rato se dispuso a preguntarle con tono suave, intentando no ser brusco.
-Lamento que sea un desconocido quien le dé esta noticia, pero me gustaría que me dijera lo que sepa de su paradero. Como he dicho, me gustaría saber qué pasó en aquel lugar -Le hubiera remarcado una vez más que era algo personal ajeno a su aldea, pero no quería resultar cargante o repetirse demasiado en lo que decía.
A falta de una respuesta, esperaría pacientemente a que la mujer le contestara. No tenía intención de presionarla, aunque se mostrase frío por fuera, el hecho de ver a un ser humano sentir ese dolor le resultaba molesto y no quería estar demasiado tiempo allí. Aunque, realmente, ahora estaba más confundido que nunca.
Desde luego, siempre es un duro golpe para una madre descubrir que su hijo es buscado por la ley de alguna parte. aunque tuviese el culo bien cubierto con ese seudónimo y su capacidad para desaparecer de los sitios, era una vida complicada esa. Buscó en su inexperta cabeza qué palabras decirle para que se tranquilizara, pero no se le ocurría nada. Así que esperó unos minutos a que quizás la mujer se calmara un poco antes de hablar para insistir en su pregunta. Aunque no pudiera evitar empatizar con aquella mujer por eso de ser humano, no debía de olvidarse de a qué había venido a este sitio tan lejos de su hogar, con lo cual, al cabo de un rato se dispuso a preguntarle con tono suave, intentando no ser brusco.
-Lamento que sea un desconocido quien le dé esta noticia, pero me gustaría que me dijera lo que sepa de su paradero. Como he dicho, me gustaría saber qué pasó en aquel lugar -Le hubiera remarcado una vez más que era algo personal ajeno a su aldea, pero no quería resultar cargante o repetirse demasiado en lo que decía.
A falta de una respuesta, esperaría pacientemente a que la mujer le contestara. No tenía intención de presionarla, aunque se mostrase frío por fuera, el hecho de ver a un ser humano sentir ese dolor le resultaba molesto y no quería estar demasiado tiempo allí. Aunque, realmente, ahora estaba más confundido que nunca.