12/01/2020, 19:07
Fue un ataque virtuoso y elegante, el de Kaido, pero al que le faltaba una cosa: la contundencia de su maestro. Y es que, el examejin no había tenido en cuenta una cosa: para estar fuera del alcance de la Dai Tsuchi —cuyo solo mango medía más de dos metros—, obligatoriamente quedaba fuera del rango también en el que podía dañarle con su espada. Era una cosa, u otra.
Ryū recibió el ataque sin inmutarse. La espada serrada del Umikiba trató de rasgar sus piernas, pero se topó en su lugar contra unas escamas tan resistentes o más que el propio acero. Vendido como estaba Kaido, el Gran Dragón aprovechó para levantar a Cometruenos y…
Algo falló. En otros tiempos, Ryū hubiese levantado aquel poderoso martillo como quien levanta una hoja, para acto seguido descargarlo con tanta fuerza que hubiese reventado a Kaido y a la capa de hielo que tenía debajo. Pero no fue eso lo que sucedió.
No, lo que pasó fue otra cosa muy distinta. Fue que Ryū se tambaleó al levantar el martillo. Fue que no pudo imprimirle la fuerza necesaria al arma. Fue que Kaido logró evadir el golpe simplemente dejándose resbalar por el hielo, sin tener que hacer nada.
La enorme cabeza de hierro colisionó contra el hielo y ni tan siquiera lo partió. Ryū observó su martillo y sus manos, extrañado. Confuso. Como si no entendiese qué cojones acababa de suceder.
Ryū recibió el ataque sin inmutarse. La espada serrada del Umikiba trató de rasgar sus piernas, pero se topó en su lugar contra unas escamas tan resistentes o más que el propio acero. Vendido como estaba Kaido, el Gran Dragón aprovechó para levantar a Cometruenos y…
Algo falló. En otros tiempos, Ryū hubiese levantado aquel poderoso martillo como quien levanta una hoja, para acto seguido descargarlo con tanta fuerza que hubiese reventado a Kaido y a la capa de hielo que tenía debajo. Pero no fue eso lo que sucedió.
No, lo que pasó fue otra cosa muy distinta. Fue que Ryū se tambaleó al levantar el martillo. Fue que no pudo imprimirle la fuerza necesaria al arma. Fue que Kaido logró evadir el golpe simplemente dejándose resbalar por el hielo, sin tener que hacer nada.
La enorme cabeza de hierro colisionó contra el hielo y ni tan siquiera lo partió. Ryū observó su martillo y sus manos, extrañado. Confuso. Como si no entendiese qué cojones acababa de suceder.
![[Imagen: S0pafJH.png]](https://imgfz.com/i/thumbnail/S0pafJH.png)