19/01/2020, 14:28
(Última modificación: 19/01/2020, 14:30 por Amedama Daruu. Editado 1 vez en total.)
—¡NOOO! —gritaron Katsudon y Yuuna al unísono. La muchacha dejó caer todo el equipamiento en el suelo y asió a Tamashigiri con fuerza.
—¡El capitán es el último que debe abandonar su barco! ¡Vuelve a la cabina, Reiji! —gruñó Katsudon. Los pies le arrastraron por la madera. Con un grito de esfuerzo, dio un paso adelante, y el barco retrocedió. Sus dos compañeros dieron un alarido y salieron corriendo hacia la aldea.
—¡No dejaré que te quedes ahora sin él! ¡Lo querías! —gritó Yuuna, abriendo la puerta de golpe. El timón comenzaba a girar—. ¡Sujeta el timón! ¡Mantenlo recto, tengo una idea!
«No puedo creer que haga todo esto por él», se dijo Yuuna. Pero aún así salió corriendo hacia la popa del barco. Se subió a la barandilla de un bote, y saltó. Saltó todo lo lejos que pudo mientras se daba la vuelta y sujetaba el mango de la espada con fuerza. Dentro de la vaina, la hoja comenzó a brillar de un color azul fantasmal.
—¡¡Hiken...!!
»¡¡Jūmantsurugi!!
Yuuna se hundió en el agua de mar y fue arrastrada inevitablemente hacia las hélices. Pero esperó al último momento. Desenvainó su espada.
Fue como si mil guerreros hubieran atacado contra las cuchillas a la vez. El metal fue seccionado limpiamente en más de mil trozos, como si los hubieran pasado por una trituradora. La muchacha cerró los ojos y se cuidó que ninguno de los fragmentos le hiciese daño. Recibió un par de cortes aquí y allá, pero consiguió su objetivo.
El barco perdería velocidad en breves. El único problema es que ella...
...había usado demasiado chakra. Se desmayó.
—¡El capitán es el último que debe abandonar su barco! ¡Vuelve a la cabina, Reiji! —gruñó Katsudon. Los pies le arrastraron por la madera. Con un grito de esfuerzo, dio un paso adelante, y el barco retrocedió. Sus dos compañeros dieron un alarido y salieron corriendo hacia la aldea.
—¡No dejaré que te quedes ahora sin él! ¡Lo querías! —gritó Yuuna, abriendo la puerta de golpe. El timón comenzaba a girar—. ¡Sujeta el timón! ¡Mantenlo recto, tengo una idea!
«No puedo creer que haga todo esto por él», se dijo Yuuna. Pero aún así salió corriendo hacia la popa del barco. Se subió a la barandilla de un bote, y saltó. Saltó todo lo lejos que pudo mientras se daba la vuelta y sujetaba el mango de la espada con fuerza. Dentro de la vaina, la hoja comenzó a brillar de un color azul fantasmal.
—¡¡Hiken...!!
»¡¡Jūmantsurugi!!
Yuuna se hundió en el agua de mar y fue arrastrada inevitablemente hacia las hélices. Pero esperó al último momento. Desenvainó su espada.
Fue como si mil guerreros hubieran atacado contra las cuchillas a la vez. El metal fue seccionado limpiamente en más de mil trozos, como si los hubieran pasado por una trituradora. La muchacha cerró los ojos y se cuidó que ninguno de los fragmentos le hiciese daño. Recibió un par de cortes aquí y allá, pero consiguió su objetivo.
El barco perdería velocidad en breves. El único problema es que ella...
...había usado demasiado chakra. Se desmayó.
![[Imagen: MsR3sea.png]](https://i.imgur.com/MsR3sea.png)
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