19/01/2020, 19:01
—¿Eh? —De pronto, la ira de Kiroe se había transformado en la más absoluta expresión del desconcierto—. ¿Yui? ¿Dónde? —La mujer miró hacia atrás. De pronto se dio cuenta—. Oh, ¿yo? YO NO SOY YUI, SÓLO LA DUEÑA DE LA PASTELERÍA QUE ESOS PUTOS CERDOS HAN DESTROZADO.
Oh, pero Ren estaba en lo cierto en algo. Había que tenerle terror a aquella mujer. Había que estar asustado de ella. Porque romper las vidrieras de la Pastelería de Kiroe-chan era como partirle los dientes a un hijo suyo. Dio un paso adelante.
»No sé cual de vosotros dos ha sido quien ha invocado a esos cerdos, pero va a pagarme hasta el último ryō de las reparaciones. O lo pagará con sangre. —Daba igual si era Yui o no. Quizás era peor—. ¿¡Queda claro!? —Registró una vez más a cada uno de ellos—. Mientras pague, estamos en paz, pero más vale que confiese antes de que tenga que ponerme a investigar yo y lo averigüe.
Oh, pero Ren estaba en lo cierto en algo. Había que tenerle terror a aquella mujer. Había que estar asustado de ella. Porque romper las vidrieras de la Pastelería de Kiroe-chan era como partirle los dientes a un hijo suyo. Dio un paso adelante.
»No sé cual de vosotros dos ha sido quien ha invocado a esos cerdos, pero va a pagarme hasta el último ryō de las reparaciones. O lo pagará con sangre. —Daba igual si era Yui o no. Quizás era peor—. ¿¡Queda claro!? —Registró una vez más a cada uno de ellos—. Mientras pague, estamos en paz, pero más vale que confiese antes de que tenga que ponerme a investigar yo y lo averigüe.