20/01/2020, 20:00
—Dijo que Kurama se había convertido en la amenaza de la que les había hablado su padre. Dijo que, si no le parábamos los pies, íbamos a perder todos, humanos y Bijuus. Y lo mas importante. Dijo que teníamos que unir fuerzas todos: los Bijuus con sus compañeros y el resto de humanos con los Bijuus. Con todos ellos.
—¿Unir fuerzas? Ya veo, pero... ¿su padre? ¿Su padre, cómo? ¿Te refieres a quienes los creó según las leyendas, para dividir al Jūbi? ¿Rikudō-sennin? ¡Dioses!
—Se que todo esto suena a Locura para vosotros, pero ademas... —Reiji se puso de pie y miró a Hanabi a los ojos. Le reverenció e hizo Una petición—: Se que solo soy un gennin, el último de mi promoción, pero le suplico por favor, que no persiga al ocho colas para encerrarlo. Gyūki es... Mi amigo.
El despacho quedó en silencio, tanto que se podía oír el nerviosismo de Yuuna, que se frotaba las manos; la pesada respiración de Katsudon. El tintineo metálico de las espadas de los dos espadachines en sus vainas.
—Han pasado muchas cosas últimamente que hace unos años me habrían parecido una locura —dijo—. Todo este tema de los bijuu choca frontalmente contra los ideales de los tres primeros Kage de las aldeas de la Alianza. Va a costar que la gente acepte todo esto. Quizás nunca lo hagan.
»Uno de los bijuu puede adoptar forma humana y ha reunido a ocho Generales que pueden utilizar su chakra y hablar en su nombre. Quiere conquistar el mundo. Pasándonos por encima. Hemos aprendido que los bijuu tienen sus propias motivaciones. Uno de ellos nos insta a colaborar para detener a Kurama. No sabemos si con buena o mala intención. ¿Pero tenemos alternativa?
»No voy a perseguir a Gyūki, tranquilo. Seguiremos, eso sí, preparándonos contra Kurama. Reiji, te dejo la parte de tu amigo el bijuu a ti. Cumple la palabra que le diste.[/color[
»[color=darkorange]¿Algo más?
—Los hombres de Kurama mataron a los marineros del barco en el que viajábamos. Reiji insistió en quedárselo. Está en el puerto, aunque con desperfectos.
—¿Que te has quedado qué? —Hanabi perforó a Reiji con una mirada severa.
—¿Unir fuerzas? Ya veo, pero... ¿su padre? ¿Su padre, cómo? ¿Te refieres a quienes los creó según las leyendas, para dividir al Jūbi? ¿Rikudō-sennin? ¡Dioses!
—Se que todo esto suena a Locura para vosotros, pero ademas... —Reiji se puso de pie y miró a Hanabi a los ojos. Le reverenció e hizo Una petición—: Se que solo soy un gennin, el último de mi promoción, pero le suplico por favor, que no persiga al ocho colas para encerrarlo. Gyūki es... Mi amigo.
El despacho quedó en silencio, tanto que se podía oír el nerviosismo de Yuuna, que se frotaba las manos; la pesada respiración de Katsudon. El tintineo metálico de las espadas de los dos espadachines en sus vainas.
—Han pasado muchas cosas últimamente que hace unos años me habrían parecido una locura —dijo—. Todo este tema de los bijuu choca frontalmente contra los ideales de los tres primeros Kage de las aldeas de la Alianza. Va a costar que la gente acepte todo esto. Quizás nunca lo hagan.
»Uno de los bijuu puede adoptar forma humana y ha reunido a ocho Generales que pueden utilizar su chakra y hablar en su nombre. Quiere conquistar el mundo. Pasándonos por encima. Hemos aprendido que los bijuu tienen sus propias motivaciones. Uno de ellos nos insta a colaborar para detener a Kurama. No sabemos si con buena o mala intención. ¿Pero tenemos alternativa?
»No voy a perseguir a Gyūki, tranquilo. Seguiremos, eso sí, preparándonos contra Kurama. Reiji, te dejo la parte de tu amigo el bijuu a ti. Cumple la palabra que le diste.[/color[
»[color=darkorange]¿Algo más?
—Los hombres de Kurama mataron a los marineros del barco en el que viajábamos. Reiji insistió en quedárselo. Está en el puerto, aunque con desperfectos.
—¿Que te has quedado qué? —Hanabi perforó a Reiji con una mirada severa.