22/01/2020, 14:23
(Última modificación: 22/01/2020, 14:29 por Uchiha Akame. Editado 1 vez en total.)
Despedida, Invierno del año 219
Era una fresca mañana de Invierno en Uzushiogakure, donde por fortuna para sus habitantes el clima solía ser templado y benévolo incluso en aquellas fechas. El final del año se aproximaba a la carrera como una bala, y en la oficina del Uzukage nunca faltaban asuntos prioritarios que tratar. Los Generales, Dragón Rojo, la traición del jinchuuriki de Kusagakure no Sato... Historias épicas que sin duda pasarían a la posteridad en los libros de Oonindo —si es que Kurama no ganaba esa batalla y establecía su Imperio, en cuyo caso era bastante poco probable que se le describese para la posteridad con adjetivos menores que "grandioso", "glorioso" o "inifitamente superior a los patéticos humanos"—, cruentas batallas protagonizadas por habilidosos shinobi y rayos láser de destrucción masiva.
Sin embargo, y aunque a veces pudiera parecer lo contrario, en el resto de la Villa la gente común y corriente seguía con sus vidas. Las tiendas abrían por las mañanas y cerraban al caer el Sol, las parejas seguían enamorándose, casándose y formando familias, la Academia de las Olas seguía recibiendo a nuevos estudiantes ansiosos por aprender los caminos del Ninjutsu y los genin recién graduados seguían ayudando a las ancianitas con las bolsas de la compra, rescatando gatitos de los árboles y limpiando retretes. La vida sigue, y las pequeñas historias todavía tenían cabida en Oonindo; por fortuna para el protagonista de la que estaba a punto de empezar a contarse, pues este muchacho no era un poderoso shinobi ni un buscado criminal —todavía— sino un joven refugiado del País del Viento que se había graduado en la Academia y que estaba ansioso por comenzar su andadura en el mundo ninja.
El resto, ya se vería.
Toc, toc, toc.
Tres golpes secos en la puerta de su hogar; así comenzaba la historia de Tsukisame Takumi.