23/01/2020, 13:28
Cuando Takumi abrió la puerta se encontró allí a una muchachita de unos doce o trece años, de ojos avellanados y pelo rubio recogido en dos coletas. Tal vez la recordara de la Academia de las Olas: era Kageyama Ino, una joven genin recién graduada de la misma promoción de Takumi. Ella no parecía recordarle a él, sin embargo, y se limitó a saludarle con una leve reverencia, más por cortesía que otra cosa, y entregarle una carta con el sello del Uzukage.
—¡Tsukisame Takumi! —exclamó, enérgica—. Una citación oficial del Edificio del Uzukage.
Una vez el genin cogiera la carta, Ino se despediría con otra mecánica reverencia y se daría media vuelta para seguir con la misión de repartidora de correo que le habían encargado para ese día.
—¡Que tenga un buen día!
¿A las once de la mañana? ¡Pero eso era dentro de media hora!
—¡Tsukisame Takumi! —exclamó, enérgica—. Una citación oficial del Edificio del Uzukage.
Una vez el genin cogiera la carta, Ino se despediría con otra mecánica reverencia y se daría media vuelta para seguir con la misión de repartidora de correo que le habían encargado para ese día.
—¡Que tenga un buen día!
¿A las once de la mañana? ¡Pero eso era dentro de media hora!