24/01/2020, 01:24
—Buenos días, genin-san. ¿Cómo es tu nombre?
—Di... Disculpe, Tsukisame Takumi. —Dijo mientras enrojecía e inclinaba la cabeza en señal de disculpa.
—Ah, aquí está. ¿Tu primer día de tutelaje, eh? Bueno, seguro que te va a ir de lujo, ¡has tenido suerte! Te ha tocado Uzumaki Junko-dono. Es toda una heroína de guerra, por así decirlo. Si te ha citado ahora, no debería tardar. Junko-dono es muy puntual. ¡Ánimo con ese primer día, Tsukisame-san!
«¿Una heroína de guerra? Wow, me podía esperar muchos tipos de sensei pero esto jamás se me habría pasado por la cabeza.» Takumi se quedó ojiplático, tenía que ser alguien muy fuerte e importante y se le había designado como sensei. La de cosas que podría aprender de gente de tan alto nivel tutelando su crecimiento como shinobi.
—¡Mil gracias Uzumaki-san, y disculpe las molestias! —Exclamó mientras realizaba una leve reverencia en agradecimiento. —¡Pase un buen día! —Dijo ya alejándose y levantando una mano a modo de despedida.
Takumi esperó donde la recepcionista le había indicado, no pasaron más de cinco minutos cuando un par de shinobis aparecieron cerca de dónde estaba esperando el kazejin, manteniendo una discusión. Por su uniforme y sus placas vio que se trataba de un jōnin, calvo y bajito, y una chūnin, de ígneos cabellos cual Katon y ojos azules como los ríos de Arashi no Kuni; aunque pese a los rasgos característicos de la pelirroja había algo que destacaba mucho más, no tenía brazo izquierdo, la manga izquierda de su uniforme caía vacía. Mientras el genin se fijaba en estos dos la discusión continuaba.
—Si sigues adelante con esto, no te voy a cubrir, Junko —«¿Espera, Junko? ¿¡Uzumaki Junko!? Ella es mi sensei... ¿Entonces lo de heroína de guerra tal vez tiene relación con su brazo izquierdo? Manca o no si sigue ejerciendo ha de estar a un nivel envidiable, no muchos tendrían la determinación siquiera de continuar siendo shinobi con un brazo menos.» —Será tu responsabilidad y nadie va a estar ahí para sacarte las castañas del fuego si la cosa se tuerce. Uzukage-sama ya ha dado su opinión al respecto, y la comparto. Sería mejor que te tomaras un desc...
—¿Un descanso, ibas a decir? ¿Otro? ¿De cuanto, Inoki-dono? —Le espetó enérgicamente con un visible enfado. —Soy tan apta como cualquiera de mis compañeros para esta tarea, y os lo demostraré tanto a ti como a Uzukage-sama. No necesito caridad, ni más reposo, ni nada de nada. Necesito trabajar. ¿Me entiendes? —«Dios, tiene carácter... Más me vale caerle bien, lo último que me gustaría es recibir una bronca similar...»
Por la forma de reaccionar de Junko a la "sugerencia" del jōnin el joven del País del Viento confirmaba que determinación tenía de sobra. Y pese a que estaba ahí para encontrarse con su sensei no se atrevía a acercarse a ella y cortar su conversación, por lo que se quedó quieto esperando a que aquel chorreo que le estaba cayendo al jōnin acabara y la Uzumaki se relajara, aunque fuera un poco.
—Di... Disculpe, Tsukisame Takumi. —Dijo mientras enrojecía e inclinaba la cabeza en señal de disculpa.
—Ah, aquí está. ¿Tu primer día de tutelaje, eh? Bueno, seguro que te va a ir de lujo, ¡has tenido suerte! Te ha tocado Uzumaki Junko-dono. Es toda una heroína de guerra, por así decirlo. Si te ha citado ahora, no debería tardar. Junko-dono es muy puntual. ¡Ánimo con ese primer día, Tsukisame-san!
«¿Una heroína de guerra? Wow, me podía esperar muchos tipos de sensei pero esto jamás se me habría pasado por la cabeza.» Takumi se quedó ojiplático, tenía que ser alguien muy fuerte e importante y se le había designado como sensei. La de cosas que podría aprender de gente de tan alto nivel tutelando su crecimiento como shinobi.
—¡Mil gracias Uzumaki-san, y disculpe las molestias! —Exclamó mientras realizaba una leve reverencia en agradecimiento. —¡Pase un buen día! —Dijo ya alejándose y levantando una mano a modo de despedida.
Takumi esperó donde la recepcionista le había indicado, no pasaron más de cinco minutos cuando un par de shinobis aparecieron cerca de dónde estaba esperando el kazejin, manteniendo una discusión. Por su uniforme y sus placas vio que se trataba de un jōnin, calvo y bajito, y una chūnin, de ígneos cabellos cual Katon y ojos azules como los ríos de Arashi no Kuni; aunque pese a los rasgos característicos de la pelirroja había algo que destacaba mucho más, no tenía brazo izquierdo, la manga izquierda de su uniforme caía vacía. Mientras el genin se fijaba en estos dos la discusión continuaba.
—Si sigues adelante con esto, no te voy a cubrir, Junko —«¿Espera, Junko? ¿¡Uzumaki Junko!? Ella es mi sensei... ¿Entonces lo de heroína de guerra tal vez tiene relación con su brazo izquierdo? Manca o no si sigue ejerciendo ha de estar a un nivel envidiable, no muchos tendrían la determinación siquiera de continuar siendo shinobi con un brazo menos.» —Será tu responsabilidad y nadie va a estar ahí para sacarte las castañas del fuego si la cosa se tuerce. Uzukage-sama ya ha dado su opinión al respecto, y la comparto. Sería mejor que te tomaras un desc...
—¿Un descanso, ibas a decir? ¿Otro? ¿De cuanto, Inoki-dono? —Le espetó enérgicamente con un visible enfado. —Soy tan apta como cualquiera de mis compañeros para esta tarea, y os lo demostraré tanto a ti como a Uzukage-sama. No necesito caridad, ni más reposo, ni nada de nada. Necesito trabajar. ¿Me entiendes? —«Dios, tiene carácter... Más me vale caerle bien, lo último que me gustaría es recibir una bronca similar...»
Por la forma de reaccionar de Junko a la "sugerencia" del jōnin el joven del País del Viento confirmaba que determinación tenía de sobra. Y pese a que estaba ahí para encontrarse con su sensei no se atrevía a acercarse a ella y cortar su conversación, por lo que se quedó quieto esperando a que aquel chorreo que le estaba cayendo al jōnin acabara y la Uzumaki se relajara, aunque fuera un poco.