24/01/2020, 12:25
De repente, e incluso aunque Takumi no se había movido del sitio, ambos shinobi parecieron reparar en su presencia. El jōnin —Inoki— le miró con una mezcla de curiosidad y negativa, meneando ligeramente la cabeza para dar muestra de su desaprobación; pero Junko la chūnin le dedicó una sonrisa maternal y radiante. Luego se volvió hacia su compañero.
—Inoki-dono, parece que mi alumno me está esperando. Si me disculpa...
El otro se limitó a resoplar, resignado, y a desearle suerte con un escueto "suerte"; parecía un tipo sencillo y directo. Luego se dio media vuelta y desapareció tras las escaleras.
Uzumaki Junko se acercó a su genin y le dedicó una leve inclinación de cabeza.
—¡Takumi! ¿verdad? Te estaba esperando, ¡estoy deseando comenzar con el adiestramiento! —confesó, jovial. Comparada con la bronca que había estado manteniendo con el jōnin de antes, ahora Junko parecía mucho más amable y alegre, casi maternal—. ¿Qué te parece si damos un paseo y me cuentas un poco de tu historia? Me he leído el informe eh, que conste, pero ya sabes que algunas veces los matices se pierden al trasladarlos al papel. Querría oírlo todo de tu propia boca, Takumi.
—Inoki-dono, parece que mi alumno me está esperando. Si me disculpa...
El otro se limitó a resoplar, resignado, y a desearle suerte con un escueto "suerte"; parecía un tipo sencillo y directo. Luego se dio media vuelta y desapareció tras las escaleras.
Uzumaki Junko se acercó a su genin y le dedicó una leve inclinación de cabeza.
—¡Takumi! ¿verdad? Te estaba esperando, ¡estoy deseando comenzar con el adiestramiento! —confesó, jovial. Comparada con la bronca que había estado manteniendo con el jōnin de antes, ahora Junko parecía mucho más amable y alegre, casi maternal—. ¿Qué te parece si damos un paseo y me cuentas un poco de tu historia? Me he leído el informe eh, que conste, pero ya sabes que algunas veces los matices se pierden al trasladarlos al papel. Querría oírlo todo de tu propia boca, Takumi.