26/01/2020, 21:35
«¡Cielos, cuanta presión!», se dijo en cuanto su sensei, Datsue y el guardia se le quedaron viendo, a la espera de una decisión.
Se llevó la mano a la barbilla y comenzó a drenar de su cabeza y pecho todo lo que fuese necesario para tomar una decisión.
«¡Espera!, ¿no está una decisión demasiado difícil para alguien con tan poca experiencia como yo? ¡No! En algún momento debo ser capaz de tomar decisiones importantes… Pero, ¿Qué pensaría Miou-san si supiera que entre en uno de estos locales de perdición? Pero, por otra parte, ¿Qué pensaría Katsue-san si supiera que me acobarde cuando tuve la oportunidad de ser tratado como un adulto? —el recuerdo de la inocente chica que le gustaba y de su dura consejera en asuntos de mujeres partía su moral en dos—. ¿Y si es una prueba de Juro-sensei, para demostrarle a su amigo la calidad de su alumno? En ese caso lo correcto sería demostrar que soy alguien centrado y que no permito las distracciones mundanas… o podría ser que deba demostrar que acepto mi mortalidad y disfruto de los pequeños momentos de fortuna… A todo esto, ¿No sería correcto entrar y demostrar que puedo disfrutar sin ser dominado por los vicios…? ¿Qué es peor, arrepentirse de lo que se hizo o de lo que no se hizo?»
—¿Estas bien, muchacho? —pregunto el guardia al ver que estaba sudando y que parecía a punto de estallar—. Puedes tomártelo con calma, ¿Qué tal si solo comes algo y ves el lugar?
»También tenemos entretenimiento un poco más suave para la gente sensible, como la dramatización de desenrollar el obi de los kimonos. ¿no te interesaría algo como eso?
—¡No! No, no, no, no, no… mmmm, bueno, sí. —Trato de negarse, sin saber muy bien de que trataría tan fascinante evento, que tanta curiosidad le provocaba; pero, como siempre, le ganaban las ganas de saber—. Creo que deberíamos entrar y ver un poco; solo un poco, para no juzgar sin conocerle.
—Ese es el espíritu, esperen aquí mientras les aparto una buena mesa —dijo aquel corpulento hombre mientras ingresaba en el local.
Se llevó la mano a la barbilla y comenzó a drenar de su cabeza y pecho todo lo que fuese necesario para tomar una decisión.
«¡Espera!, ¿no está una decisión demasiado difícil para alguien con tan poca experiencia como yo? ¡No! En algún momento debo ser capaz de tomar decisiones importantes… Pero, ¿Qué pensaría Miou-san si supiera que entre en uno de estos locales de perdición? Pero, por otra parte, ¿Qué pensaría Katsue-san si supiera que me acobarde cuando tuve la oportunidad de ser tratado como un adulto? —el recuerdo de la inocente chica que le gustaba y de su dura consejera en asuntos de mujeres partía su moral en dos—. ¿Y si es una prueba de Juro-sensei, para demostrarle a su amigo la calidad de su alumno? En ese caso lo correcto sería demostrar que soy alguien centrado y que no permito las distracciones mundanas… o podría ser que deba demostrar que acepto mi mortalidad y disfruto de los pequeños momentos de fortuna… A todo esto, ¿No sería correcto entrar y demostrar que puedo disfrutar sin ser dominado por los vicios…? ¿Qué es peor, arrepentirse de lo que se hizo o de lo que no se hizo?»
—¿Estas bien, muchacho? —pregunto el guardia al ver que estaba sudando y que parecía a punto de estallar—. Puedes tomártelo con calma, ¿Qué tal si solo comes algo y ves el lugar?
»También tenemos entretenimiento un poco más suave para la gente sensible, como la dramatización de desenrollar el obi de los kimonos. ¿no te interesaría algo como eso?
—¡No! No, no, no, no, no… mmmm, bueno, sí. —Trato de negarse, sin saber muy bien de que trataría tan fascinante evento, que tanta curiosidad le provocaba; pero, como siempre, le ganaban las ganas de saber—. Creo que deberíamos entrar y ver un poco; solo un poco, para no juzgar sin conocerle.
—Ese es el espíritu, esperen aquí mientras les aparto una buena mesa —dijo aquel corpulento hombre mientras ingresaba en el local.
![[Imagen: aab687219fe81b12d60db220de0dd17c.gif]](https://i.pinimg.com/originals/aa/b6/87/aab687219fe81b12d60db220de0dd17c.gif)