27/01/2020, 16:41
Junko parecía muy complacida con los modales de su nuevo alumno. Mientras Takumi le contaba su historia, la pareja salió del Edificio del Uzukage cruzando aquel puente que se alzaba sobre las aguas bravías de la Aldea, levantando espuma y llenándolo todo con su ensordecedor rugido. La Uzumaki le prestaba una atención maternal, como una madre que escucha cómo le ha ido en el colegio a su hijo.
—Vaya, Takumi, lo siento —dijo con sinceridad cuando el muchacho relató la parte del asesinato de su familia—. Por desgracia en Uzushiogakure la inestabilidad no nos es ajena, aunque ahora con Hanabi-sama las cosas van mucho mejor. Estoy segura de que aquí encontrarás tu hogar, ¡y para ayudarte a eso, estoy yo!
Mientras conversaban, la Uzumaki les había ido llevando por el paseo marítimo hasta la playa. Pese a que estaban en Invierno el tiempo era agradable y un par de chiringuitos estaban abiertos, aunque ya no disponían las mesas y sillas en una terraza sino que habían cubierto la zona con una enorme pérgola de tela blanca. Junko le indicó a Takumi que fueran hacia uno de ellos.
—Incluso después de una desgracia, o sobretodo en ese momento, debemos esforzarnos por recordar que en el mundo sigue habiendo cosas maravillosas que merecen la pena proteger y por las que vale luchar —dijo la sensei, y por su forma de hablar parecía que había reflexionado mucho tiempo sobre esa idea—. Así que es eso lo que te lleva a ser ninja, ¿continuar con el camino que empezó tu maestro?
—Vaya, Takumi, lo siento —dijo con sinceridad cuando el muchacho relató la parte del asesinato de su familia—. Por desgracia en Uzushiogakure la inestabilidad no nos es ajena, aunque ahora con Hanabi-sama las cosas van mucho mejor. Estoy segura de que aquí encontrarás tu hogar, ¡y para ayudarte a eso, estoy yo!
Mientras conversaban, la Uzumaki les había ido llevando por el paseo marítimo hasta la playa. Pese a que estaban en Invierno el tiempo era agradable y un par de chiringuitos estaban abiertos, aunque ya no disponían las mesas y sillas en una terraza sino que habían cubierto la zona con una enorme pérgola de tela blanca. Junko le indicó a Takumi que fueran hacia uno de ellos.
—Incluso después de una desgracia, o sobretodo en ese momento, debemos esforzarnos por recordar que en el mundo sigue habiendo cosas maravillosas que merecen la pena proteger y por las que vale luchar —dijo la sensei, y por su forma de hablar parecía que había reflexionado mucho tiempo sobre esa idea—. Así que es eso lo que te lleva a ser ninja, ¿continuar con el camino que empezó tu maestro?