28/01/2020, 14:05
— No te preocupes por mí. Vale... A lo mejor no estoy cansada, pero si hambrienta.
Hana supusó que eso significaba que podía quedarse a charlar un rato pero que no iba a sacar mucho más del tema familia. Con lo que había dicho Ren sobre lo común que era su apellido o en su aldea todos eran primos o de verdad era muy común fuera del País de la Espiral. No estaba segura de qué opción la desconcertaba más.
Siguió a Ren hasta donde fue a sentarse y entonces se fijó en el arma que se desanudaba para poder sentarse. Era un Bokken, un arma legendaria usada en la academia para que no nos cosamos a espadazos. Ver uno le traía recuerdos, tantos, que ahora quería volver a empuñarlo.
— Vaya, eso es un Bokken, ¿no? Los usábamos mucho en la academia ninja. ¿Me dejas verlo? — pidió educadamente con ilusión.
— ¿Tienes hambre? ¡Esto sabe mejor en compañía! —
— Oh, no, gracias. Ya me he servido antes. — le contestó, imitandola y sentandose mientras dejaba su Kodachi enfundada a su lado.
Hana supusó que eso significaba que podía quedarse a charlar un rato pero que no iba a sacar mucho más del tema familia. Con lo que había dicho Ren sobre lo común que era su apellido o en su aldea todos eran primos o de verdad era muy común fuera del País de la Espiral. No estaba segura de qué opción la desconcertaba más.
Siguió a Ren hasta donde fue a sentarse y entonces se fijó en el arma que se desanudaba para poder sentarse. Era un Bokken, un arma legendaria usada en la academia para que no nos cosamos a espadazos. Ver uno le traía recuerdos, tantos, que ahora quería volver a empuñarlo.
— Vaya, eso es un Bokken, ¿no? Los usábamos mucho en la academia ninja. ¿Me dejas verlo? — pidió educadamente con ilusión.
— ¿Tienes hambre? ¡Esto sabe mejor en compañía! —
— Oh, no, gracias. Ya me he servido antes. — le contestó, imitandola y sentandose mientras dejaba su Kodachi enfundada a su lado.