28/01/2020, 15:55
(Última modificación: 28/01/2020, 15:56 por Himura Hana.)
— Claro, adelante. Me encantan los samurais, así que desde pequeña he querido aprender a usar la espada. Hace poco ha decidido enseñarme algo, aunque desde que empezamos el viaje ni la he tocado mi me ha mostrado nada nuevo.
Una vez con el permiso de su dueña, alcanzó el Bokken y lo desenvainó. Incluso el olor de la madera era el mismo que en la Academia. Volver a tener uno en las manos era nostálgico y extrañamente reconfortante.
— Ya veo, yo la verdad es que no me llama mucho el arte de la espada ni de las armas en general. Aprendí lo básico y lo practiqué cuando me regalaron mi Kodachi, pero no creo que me especialice demasiado en ello. — Hana dejó el Bokken sobre sus piernas cruzadas y levantó su Kodachi para enseñarsela a Ren.
La desenvainó levemente, la hoja brillaba y estaba perfectamente afilada, más por el poco uso que por un cuidado exhaustivo.
— De momento no la he usado para nada más que entrenar. Entonces, ¿tu maestro es un samurai?
Dejó la Kodachi, nuevamente envainada entre ambas, por si Ren quería echarle un ojo.
Una vez con el permiso de su dueña, alcanzó el Bokken y lo desenvainó. Incluso el olor de la madera era el mismo que en la Academia. Volver a tener uno en las manos era nostálgico y extrañamente reconfortante.
— Ya veo, yo la verdad es que no me llama mucho el arte de la espada ni de las armas en general. Aprendí lo básico y lo practiqué cuando me regalaron mi Kodachi, pero no creo que me especialice demasiado en ello. — Hana dejó el Bokken sobre sus piernas cruzadas y levantó su Kodachi para enseñarsela a Ren.
La desenvainó levemente, la hoja brillaba y estaba perfectamente afilada, más por el poco uso que por un cuidado exhaustivo.
— De momento no la he usado para nada más que entrenar. Entonces, ¿tu maestro es un samurai?
Dejó la Kodachi, nuevamente envainada entre ambas, por si Ren quería echarle un ojo.