30/01/2020, 18:08
En un primer momento no le había dado ninguna importancia al valor de la Kodachi que había recibido tras el fallecimiento de sus padres. Pero tarde o temprano, la curiosidad se abre paso. Y así fue como fue al herrero al que su madre le había encargado el arma. El hombre, algo contrariado por la petición de la muchacha, le confesó que le había prometido a su madre en vida que no se lo diría y él no incumpliría su parte del trato.
Le fastidió y le alagó que su madre la conociese tan bien como para saber que tarde o temprano se cuestionaría si se habían gastado más dinero del necesario en su Kodachi. Al fin y al cabo, nunca habían sido una familia adinerada.
Hana, al ver que no iba a sacar nada de las herrerías cercanas a su casa, se fue a la que supuestamente era la mejor herrería de todas. Para encontrarsela cerrada. Su suerte era cada vez más terrible. Se plantó ante la puerta, pensando su próximo paso.
Ya le había costado una rica media hora encontrar el lugar, pues estaba a una distancia considerable de las zonas que ella solía frecuentar y no se conocía las calles.
¿No sería mejor olvidarse del tema? Ya ni siquiera su curiosidad tenía ganas de seguir con esa busqueda de la verdad.
Le fastidió y le alagó que su madre la conociese tan bien como para saber que tarde o temprano se cuestionaría si se habían gastado más dinero del necesario en su Kodachi. Al fin y al cabo, nunca habían sido una familia adinerada.
Hana, al ver que no iba a sacar nada de las herrerías cercanas a su casa, se fue a la que supuestamente era la mejor herrería de todas. Para encontrarsela cerrada. Su suerte era cada vez más terrible. Se plantó ante la puerta, pensando su próximo paso.
Ya le había costado una rica media hora encontrar el lugar, pues estaba a una distancia considerable de las zonas que ella solía frecuentar y no se conocía las calles.
¿No sería mejor olvidarse del tema? Ya ni siquiera su curiosidad tenía ganas de seguir con esa busqueda de la verdad.