1/02/2020, 22:10
—¿Deberíamos decirle que son a sus ninjas a quien debe avisar si cometen la estupidez de intentar ponerles un dedo encima? —Hanabi sonrió, confiado—. Porque, francamente, temo más por ellos que por Aotsuki Ayame o Datsue.
Kintsugi ladeó ligeramente la cabeza, pero antes de que pudiera decir nada al respecto, Amekoro Yui volvió a estallar como el trueno de la Tormenta a la que representaba.
—Cuidado, hija de puta. Yo no hablo a medias tintas como tú: si tú o uno solo de tus ninjas comete el error de tocarle ni aunque sea un pelo a Aotsuki Ayame o a cualquiera de mis shinobi, llevaré a todo mi ejército a tu puta aldea subdesarrollada y la arrasaré hasta que sólo queden cenizas.
Pero la Arashikage estaba olvidando algo muy importante: ningún árbol del Bosque se inmutaba jamás ante el estruendo de un trueno. Jamás se doblegaba a la Tormenta. Y así tampoco lo hizo Kintsugi.
—Sólo era una advertencia. El Bosque no dará la bienvenida a ninguna bestia ni a sus tinajas —concluyó, antes de darse media vuelta y desaparecer de la vista de todos los presentes—. Os deseo la mejor de las suertes con esos monstruos, Hanabi-dono, Yui-dono.
Y las mariposas doradas levantaron el vuelo desde la mesa... y desde el interior de los ropajes de los otros dos Kage. Una pequeña medida preventiva, por si las cosas se ponían feas. Afortunadamente, no había tenido que recurrir a ellas, pero había quedado claro que se habían quedado solos en aquello. Las mariposas volaron tras la estela de su madre, y se perdieron junto a la comitiva de Kusagakure, que volvía hacia el norte.
—Oh... Mōro está deseando hincarle el diente a una de esas bestias inmundas. ¡Como se les ocurra poner un pie en el País del Bosque, seremos los primeros en ir tras ellos!
Y el enorme lobo azabache erizó el pelo del lomo en respuesta, enseñando aquella temible hilera de dientes como navajas.
Kintsugi siguió con la mirada al frente. Le tocaba cuidar de la seguridad de su aldea, y si tenía que hacerle frente a todos los peligros del mundo ella sola, así lo haría. Serían fuertes, como una pupa antes de abrirse en una hermosa mariposa.
Off Aburame Kintsugi abandona la trama.
Kintsugi ladeó ligeramente la cabeza, pero antes de que pudiera decir nada al respecto, Amekoro Yui volvió a estallar como el trueno de la Tormenta a la que representaba.
—Cuidado, hija de puta. Yo no hablo a medias tintas como tú: si tú o uno solo de tus ninjas comete el error de tocarle ni aunque sea un pelo a Aotsuki Ayame o a cualquiera de mis shinobi, llevaré a todo mi ejército a tu puta aldea subdesarrollada y la arrasaré hasta que sólo queden cenizas.
Pero la Arashikage estaba olvidando algo muy importante: ningún árbol del Bosque se inmutaba jamás ante el estruendo de un trueno. Jamás se doblegaba a la Tormenta. Y así tampoco lo hizo Kintsugi.
—Sólo era una advertencia. El Bosque no dará la bienvenida a ninguna bestia ni a sus tinajas —concluyó, antes de darse media vuelta y desaparecer de la vista de todos los presentes—. Os deseo la mejor de las suertes con esos monstruos, Hanabi-dono, Yui-dono.
Y las mariposas doradas levantaron el vuelo desde la mesa... y desde el interior de los ropajes de los otros dos Kage. Una pequeña medida preventiva, por si las cosas se ponían feas. Afortunadamente, no había tenido que recurrir a ellas, pero había quedado claro que se habían quedado solos en aquello. Las mariposas volaron tras la estela de su madre, y se perdieron junto a la comitiva de Kusagakure, que volvía hacia el norte.
—Oh... Mōro está deseando hincarle el diente a una de esas bestias inmundas. ¡Como se les ocurra poner un pie en el País del Bosque, seremos los primeros en ir tras ellos!
Y el enorme lobo azabache erizó el pelo del lomo en respuesta, enseñando aquella temible hilera de dientes como navajas.
Kintsugi siguió con la mirada al frente. Le tocaba cuidar de la seguridad de su aldea, y si tenía que hacerle frente a todos los peligros del mundo ella sola, así lo haría. Serían fuertes, como una pupa antes de abrirse en una hermosa mariposa.
1 AO revelada
– Había mariposas doradas ocultas entre las ropas de los Kage1 AO nueva
– Evolutiva de facultad 60 que le corresponde a Kintsugi por pertenecer al clan Aburame. Ha sido enviada a AO-Sama. Off Aburame Kintsugi abandona la trama.