4/02/2020, 19:30
—¿Cómo vas a montar guardia? ¿Acaso no te espera tu maestro, no se va a preocupar por que no vuelves?
Aquel lugar ya la había hecho olvidarse de su situación. Tampoco tenía mucho tiempo, pues le dijo que volviera antes de que anocheciera, que cuando comenzara a atardecer marchara de vuelta. Y si tenían que montar guardia o querer hacer una emboscada, seguramente tendrían que quedarse por la noche, pues sería más fácil llevarse las armaduras en la oscuridad noctívaga.
— Mierda; tienes razón. — soltó a continuación un pequeño gruñido y se llevo las manos a la cabeza ligeramente enfadada.
No le encontraba una solución al asunto, ni buena ni mala. Le importaba ya poco poder llevarse algo de aquel lugar o no, siempre podía comprar algún recuerdo en Los Herreros, pero solo quería ayudar como pudiera a su nuevo compañero de otra villa. Se levantó del suelo apoyándose en una pared cercana, y después se sacudió el polvo de la parte inferior.
— Todavía puedo quedarme algo más. Me dijo que volviera cuando empezara a atardecer — caminó hasta la entrada, para poder ver por donde se ubicaba el sol. —¿De verdad se los habrán llevado todos? O a lo mejor hay alguna habitación oculta con un tesoro; llevarse eso si que seria una ofensa mayor que llevarse los cascos.
Aquel lugar ya la había hecho olvidarse de su situación. Tampoco tenía mucho tiempo, pues le dijo que volviera antes de que anocheciera, que cuando comenzara a atardecer marchara de vuelta. Y si tenían que montar guardia o querer hacer una emboscada, seguramente tendrían que quedarse por la noche, pues sería más fácil llevarse las armaduras en la oscuridad noctívaga.
— Mierda; tienes razón. — soltó a continuación un pequeño gruñido y se llevo las manos a la cabeza ligeramente enfadada.
No le encontraba una solución al asunto, ni buena ni mala. Le importaba ya poco poder llevarse algo de aquel lugar o no, siempre podía comprar algún recuerdo en Los Herreros, pero solo quería ayudar como pudiera a su nuevo compañero de otra villa. Se levantó del suelo apoyándose en una pared cercana, y después se sacudió el polvo de la parte inferior.
— Todavía puedo quedarme algo más. Me dijo que volviera cuando empezara a atardecer — caminó hasta la entrada, para poder ver por donde se ubicaba el sol. —¿De verdad se los habrán llevado todos? O a lo mejor hay alguna habitación oculta con un tesoro; llevarse eso si que seria una ofensa mayor que llevarse los cascos.