7/02/2020, 14:08
(Última modificación: 7/02/2020, 14:11 por Umikiba Kaido. Editado 1 vez en total.)
La tensa espera se tradujo finalmente en la llega de dos nuevos invitados. Eran un hombre y una mujer con aspecto austero y vestimenta típica de la localidad. Ambos tenían un tatuaje similar —un pez globo—. y además llevaban en sus brazos una especie de bandana que les identificaba como protectores del muelle. «Esbirros de Umigarasu. Con estos hay que tener cuidado» se recordó el escualo, mientras lanzaba miradas fugaces a sus compañeros. Realmente esperaba que estuvieran compaginados, porque el más mínimo error...
Los ojos pardos de Kincho se cruzaron con la mujer con los de la protectora. Fue una batalla solemne de miradas que acabó con el descarte del propio tiburón, ahora siendo Kakita el próximo objetivo de esas esposas supresoras. «Mierda, mierda!» estaba claro que resultaba más factible que esposasen a cualquiera de los Ryūto menos al Uchiha. Sin poder usar chakra, la táctica del caballo de otogakure se iba al trasto.
Pero tuvieron suerte. Suerte de que Kyūtsuki hubiera elegido ese jodido nombre. Kaido suspiró aliviado, aunque pronto se dio cuenta de que los problemas no se habían acabado.
«Bien, esto nos jode un poco el plan. Qué hacemos?... si nos aventuramos a eliminar a estos hijos de puta, levantaríamos la alarma muy pronto. Por otro lado, si le seguimos la corriente y vemos a donde llevan a Money y compañía, también podría llevarnos a derroteros que no nos convendría en lo absoluto. »
Tan meditabundo como estaba el escualo, había algo que tenia muy claro: en el momento en que les descubrieran, el trato con Umigarasu se iba a la mierda. Tan solo esperaba que Akame entendiera esta premisa tan bien cómo él, y actuase en consecuencia. Que en esta circunstancia, era lo mismo que no actuar en lo absoluto.
Los ojos pardos de Kincho se cruzaron con la mujer con los de la protectora. Fue una batalla solemne de miradas que acabó con el descarte del propio tiburón, ahora siendo Kakita el próximo objetivo de esas esposas supresoras. «Mierda, mierda!» estaba claro que resultaba más factible que esposasen a cualquiera de los Ryūto menos al Uchiha. Sin poder usar chakra, la táctica del caballo de otogakure se iba al trasto.
Pero tuvieron suerte. Suerte de que Kyūtsuki hubiera elegido ese jodido nombre. Kaido suspiró aliviado, aunque pronto se dio cuenta de que los problemas no se habían acabado.
«Bien, esto nos jode un poco el plan. Qué hacemos?... si nos aventuramos a eliminar a estos hijos de puta, levantaríamos la alarma muy pronto. Por otro lado, si le seguimos la corriente y vemos a donde llevan a Money y compañía, también podría llevarnos a derroteros que no nos convendría en lo absoluto. »
Tan meditabundo como estaba el escualo, había algo que tenia muy claro: en el momento en que les descubrieran, el trato con Umigarasu se iba a la mierda. Tan solo esperaba que Akame entendiera esta premisa tan bien cómo él, y actuase en consecuencia. Que en esta circunstancia, era lo mismo que no actuar en lo absoluto.