11/02/2020, 11:34
Ren le observo en silencio, viendo como reía como un psicópata; su risa parecía la de un demente que quería sembrar el caos allí por donde pasara, aunque tuviera que llevar el caos al mismísimo asilo donde le encerrasen. Puede que estuviera en lo cierto, pensó Ren; en cualquier caso si quería convertirse en una esgrimista de grandes capacidades, muchas hojas pasarían por sus manos, y otras tantas se quebrarían en ellas; así que ¿por qué no aprovechar la ocasión? Tal vez el chico que estaba ante sus ojos se acabase convirtiendo en el mejor herrero del mundo.
— Vaya ¿eres hijo de un herrero? Debe de ser un trabajo realmente agotador — se alzó del suelo sorprendida, y caminó hacia él de brazos cruzados, con sinceridad en sus ojos — Guau ¿entonces el par de espadas que llevas; son hechas por tu padre o las has hecho tú?
La curiosidad le podía, no le pediría que se las mostrase y mucho menos que se la dejase; podrían suponer una reliquia familiar y podía comprender que se negase. «Aunque la de Hana también lo era y me d-... ¿¡Y ahora porqué vuelvo a pensar en ella?!»
— Vaya ¿eres hijo de un herrero? Debe de ser un trabajo realmente agotador — se alzó del suelo sorprendida, y caminó hacia él de brazos cruzados, con sinceridad en sus ojos — Guau ¿entonces el par de espadas que llevas; son hechas por tu padre o las has hecho tú?
La curiosidad le podía, no le pediría que se las mostrase y mucho menos que se la dejase; podrían suponer una reliquia familiar y podía comprender que se negase. «Aunque la de Hana también lo era y me d-... ¿¡Y ahora porqué vuelvo a pensar en ella?!»