12/02/2020, 13:05
Hanabi captó lo que Yui quería decir al vuelo, y por primera vez le gsutó la actitud que adoptó. Al menos estaba en perfecta sintonía con Amegakure durante un breve lapso de tiempo. La Arashikage se acarició la barbilla, sin saber muy bien qué decir. Menos mal que Shanise siempre intervenía para aquellos asuntos más complicados.
—Démonos cuenta también —dijo— de que Umigarasu no asistió ya al último Torneo de los Dojos. Y tampoco al Examen de Chūnin. Tampoco va a asistir al Torneo de los Dojos de este año siguiente.
—Así que el hijo de puta ya no necesita ni plantearse contratar a nuestros ninja —espetó Yui, dando un puñetazo en la mesa—. ¿Qué planea entonces, utilizar a Dragón Rojo? Si son unos simples traficantes de poca monta.
—Unos simples traficantes que han conseguido robarnos a un par de ninjas muy poderosos, de lo cual podemos deducir que ellos mismos no andan cortos de recursos —corrigió Shanise—. No sabemos cuántos más del Libro Bingo estarán con ellos ya.
»Sugiero darle la importancia que se merece a la presencia creciente de esta banda. Aotsuki Ayame desbarató una fábrica en la que ocultaban omoide dentro del pescado en Coladragón. Ese lugar está ya asegurado y vigilado. Deberíamos hacer lo mismo con todos los puertos importantes del continente, al menos fuera de los dominios del País del Agua.
Yui asintió.
—Osea, que agarremos por los cojones a los demás Señores Feudales y les metamos un poco de miedo. Deberíamos esparcir algunos jugosos rumores... quizás que el País del Agua está metido de lleno en una campaña expansionista. Quizás, simplemente, maquillar un poco la realidad. Que quiere desestabilizar las capitales de otros países introduciendo la adicción al omoide.
—Cortarles el flujo de capital a esos cabrones en la medida de lo posible —explicó Shanise.
—Y luego, apapelar toda Oonindo con los caretos de todos los miembros que conozcamos, con el tatuaje de Sekiryū. "Comuníquele a las autoridades si ve a alguien con este tatuaje". Cualquier cosa, lo que sea. Que se sientan con nuestros ojos en su puta nuca.
—Démonos cuenta también —dijo— de que Umigarasu no asistió ya al último Torneo de los Dojos. Y tampoco al Examen de Chūnin. Tampoco va a asistir al Torneo de los Dojos de este año siguiente.
—Así que el hijo de puta ya no necesita ni plantearse contratar a nuestros ninja —espetó Yui, dando un puñetazo en la mesa—. ¿Qué planea entonces, utilizar a Dragón Rojo? Si son unos simples traficantes de poca monta.
—Unos simples traficantes que han conseguido robarnos a un par de ninjas muy poderosos, de lo cual podemos deducir que ellos mismos no andan cortos de recursos —corrigió Shanise—. No sabemos cuántos más del Libro Bingo estarán con ellos ya.
»Sugiero darle la importancia que se merece a la presencia creciente de esta banda. Aotsuki Ayame desbarató una fábrica en la que ocultaban omoide dentro del pescado en Coladragón. Ese lugar está ya asegurado y vigilado. Deberíamos hacer lo mismo con todos los puertos importantes del continente, al menos fuera de los dominios del País del Agua.
Yui asintió.
—Osea, que agarremos por los cojones a los demás Señores Feudales y les metamos un poco de miedo. Deberíamos esparcir algunos jugosos rumores... quizás que el País del Agua está metido de lleno en una campaña expansionista. Quizás, simplemente, maquillar un poco la realidad. Que quiere desestabilizar las capitales de otros países introduciendo la adicción al omoide.
—Cortarles el flujo de capital a esos cabrones en la medida de lo posible —explicó Shanise.
—Y luego, apapelar toda Oonindo con los caretos de todos los miembros que conozcamos, con el tatuaje de Sekiryū. "Comuníquele a las autoridades si ve a alguien con este tatuaje". Cualquier cosa, lo que sea. Que se sientan con nuestros ojos en su puta nuca.