13/02/2020, 22:26
Ayame casi pudo escuchar el momento en el que se le rompía el corazón al muchacho. Se había detenido en seco a mitad de camino, parpadeando como si le acabara de asestar una bofetada.
—¡CÓMO PUDISTE! —bramó, cruzándose de brazos—. Hace tiempo me encontré con Sagisō y resulta que le dijiste que yo no tengo más fama más allá del karaoke. El otro día cuando gritaste pidiendo ayuda terminaste por decirme que me largara.
«¡Maldita idiota, si es él!» Ayame se palmeó la frente y se restregó la mano por la mejilla. El susto que se acababa de llevar la había cegado por completo... Pero no tuvo ocasión de disculparse por su descuido, pues el chico, evidentemente ofendido, seguía clamando a los cielos:
Hoy vienes y te apareces un mi puta casa sin dar ni una explicación, empiezas a preguntar incoherencias sobre dónde está Amedama para luego salir huyendo, ¿¡pero ahora vienes y me desconoces como si nada?! ¿Acaso luego de recibir esa plaquita ya no te interesa acordarte de un useless genin como yo?[/sub]
En aquella ocasión, fue Ayame la que se sintió como si le hubiesen dado una bofetada.
—Ay mierda, olvida lo que dije, aún me duele la cabeza y todo esto de pronto se volvió una fiesta de locos.
—N... no... soy yo la que lo siente... —murmuró, agachando la mirada con profundo pesar—.Me... Me he llevado un buen susto y estaba confundida... Lo siento, Koga...
—¡CÓMO PUDISTE! —bramó, cruzándose de brazos—. Hace tiempo me encontré con Sagisō y resulta que le dijiste que yo no tengo más fama más allá del karaoke. El otro día cuando gritaste pidiendo ayuda terminaste por decirme que me largara.
«¡Maldita idiota, si es él!» Ayame se palmeó la frente y se restregó la mano por la mejilla. El susto que se acababa de llevar la había cegado por completo... Pero no tuvo ocasión de disculparse por su descuido, pues el chico, evidentemente ofendido, seguía clamando a los cielos:
Hoy vienes y te apareces un mi puta casa sin dar ni una explicación, empiezas a preguntar incoherencias sobre dónde está Amedama para luego salir huyendo, ¿¡pero ahora vienes y me desconoces como si nada?! ¿Acaso luego de recibir esa plaquita ya no te interesa acordarte de un useless genin como yo?[/sub]
En aquella ocasión, fue Ayame la que se sintió como si le hubiesen dado una bofetada.
—Ay mierda, olvida lo que dije, aún me duele la cabeza y todo esto de pronto se volvió una fiesta de locos.
—N... no... soy yo la que lo siente... —murmuró, agachando la mirada con profundo pesar—.Me... Me he llevado un buen susto y estaba confundida... Lo siento, Koga...