14/02/2020, 22:05
—¿Irás al festival?
Desde la salida del hospital, Hana había ido animándose hasta llegar a la normalidad para ella, lo cual era hablar por los codos hasta tocar temas delicados y retroceder. Aunque aún le costaba soltarse del todo con su sensei, la reputada jounin, Uzumaki Eri, mejor amiga del jinchuriki de la villa y salvadora del torneo.
— Sí, bueno, me gustaría. Es que solía ir con mis padres, el año pasado no fui porque... — lo dejó en el aire antes de seguir hablando — Así que no tengo con quien ir, no tengo tanta confianza con nadie de la villa. A ver, sí, pero la mayoría de gente que conozco trabaja ese día. Ya sabes, puestos de comida y de juegos. Ni siquiera tengo nada que ponerme, así que supongo que será otro año sin festival. Tampoco pasa nada, seguro que necesitan a alguien para ayudar con misiones D.
Para cuando Hana dejó de hablar ya estaban dentro del restaurante en cuestión, miró alrededor, asombrada por el estilo tradicional del lugar. Las puertas correderas, el suelo de tatami, todo era encandilador. Cuando el hermano de Eri la presentó al dueño del local, la genin hizo una leve reverencia.
Después de una breve conversación, Ryuu procedió a dejarlas solas y el señor del local les preguntó qué querían antes siquiera de darles las cartas. Y lo peor es que su sensei volvió a girarse a ella, para preguntarle qué quería.
—¿Tú qué quieres?
— Lo que tú quieras me vale, es la primera vez que vengo así que puedo probar lo que sea. — contestó ni corta ni perezosa esta vez, dedicándole una sonrisa sincera a la pelirroja y al señor.
Desde la salida del hospital, Hana había ido animándose hasta llegar a la normalidad para ella, lo cual era hablar por los codos hasta tocar temas delicados y retroceder. Aunque aún le costaba soltarse del todo con su sensei, la reputada jounin, Uzumaki Eri, mejor amiga del jinchuriki de la villa y salvadora del torneo.
— Sí, bueno, me gustaría. Es que solía ir con mis padres, el año pasado no fui porque... — lo dejó en el aire antes de seguir hablando — Así que no tengo con quien ir, no tengo tanta confianza con nadie de la villa. A ver, sí, pero la mayoría de gente que conozco trabaja ese día. Ya sabes, puestos de comida y de juegos. Ni siquiera tengo nada que ponerme, así que supongo que será otro año sin festival. Tampoco pasa nada, seguro que necesitan a alguien para ayudar con misiones D.
Para cuando Hana dejó de hablar ya estaban dentro del restaurante en cuestión, miró alrededor, asombrada por el estilo tradicional del lugar. Las puertas correderas, el suelo de tatami, todo era encandilador. Cuando el hermano de Eri la presentó al dueño del local, la genin hizo una leve reverencia.
Después de una breve conversación, Ryuu procedió a dejarlas solas y el señor del local les preguntó qué querían antes siquiera de darles las cartas. Y lo peor es que su sensei volvió a girarse a ella, para preguntarle qué quería.
—¿Tú qué quieres?
— Lo que tú quieras me vale, es la primera vez que vengo así que puedo probar lo que sea. — contestó ni corta ni perezosa esta vez, dedicándole una sonrisa sincera a la pelirroja y al señor.