16/02/2020, 19:05
—Esto lo cambia todo... Kaido, compañero... —Daruu agacho la mirada, apenado ante la revelación de Ayame—. Pero lo de la rata de Akame no lo entiendo... Hanabi ya lo había encerrado bajo sospecha de traición antes de que se uniese a Dragón Rojo, y Ayame se lo encontró convertido en un adicto al omoide en Tanzaku Gai, después de fingir su muerte. Eso quiere decir que ya era un traidor incluso antes de unirse. Además, durante el Examen de Chūnin te secuestró, y luego me esposó a mí, y aún después le mintió a Hanabi. Ese tío es un hijo de puta de cuidado, os lo digo aquí y ahora.
Ayame también agachó la mirada, sin saber muy bien qué responder y al mismo tiempo asustada de la posible reacción de Uchiha Datsue ante aquellas declaraciones contra el que, antaño, fue su propio Hermano. Sin embargo, se vio a sí misma sorprendiéndose por dicha respuesta:
—Además, después de encontrarte con Akame, se teletransportó a Uzu para asesinar a Chokichi, un tipo que nada tiene que ver ni le interesa a Dragón Rojo. No, aquello fue una venganza. Fue personal. Y, influido ahora por el sello o no, su único destino es la muerte —Sus palabras no estaban cargadas de rencor, ni siquiera de enfado. Era una afirmación, una sentencia en toda regla.
«Deje de lamentarse por cualquier persona.» Le recriminó Kokuō. «Vio desde el principio qué tipo de persona era, Señorita.»
Ella asintió en silencio. Uchiha Akame... su primera noticia de él había sido que había intentado asesinar a Daruu siguiendo las órdenes de un superior; después, durante el examen de Chūnin, le había esposado y había intentado secuestrarla sin ningún tipo de motivo aparente (Ayame dudaba seriamente que pudiera estar siguiendo órdenes de alguien como Hanabi), fue arrestado y encarcelado bajo sospecha de traición, de alguna manera consiguió escapar y tras fingir su muerte vagabundeó como un adicto al omoide hasta que Ayame lo encontró... justo en presencia de Kaido. Por último había terminado colándose en su propia aldea para acabar con la vida de otra persona. ¿De verdad era alguien que mereciera la redención?
—Pero me alegro mucho por vosotros, chicos —añadió Datsue—. De verdad que sí. Kaido es un cabronazo, pero siempre le tuve aprecio. Y toda esa traición repentina fue muy rara desde el principio ¿Y qué pasó después? ¿Cómo acabó la pelea?
Ayame lanzó un profundo suspiro al aire.
—Cuando le vi de esa manera, tomé una decisión: Llevármelo a Amegakure. Necesitaba que no sospechara, por lo que le abracé y aproveché para realizar los sellos del teletransporte. Él... me disparó justo en ese momento —añadió, tras una breve pausa. No tenía sentido ocultar cómo había recibido aquella herida, volverían a interrogarla al respecto en algún momento—. Aparecimos justo enfrente de la Torre de la Arashikage, donde había dejado mi marca poco antes —continuó, lanzando una significativa mirada a Daruu—. Para entonces yo ya estaba muy débil y herida, pero estando en casa los refuerzos llegaron enseguida. Kaido tuvo un pequeño encuentro con Yui, pero... —Ayame volvió a agachar la mirada, con gesto sombrío—. No era más que un Kage Bunshin, se desvaneció al recibir el primer golpe. Kaido debió hacerlo y escapar cuando inundé el almacén...
»Así que... No... No conseguí traerlo de vuelta —concluyó, hundiendo los hombros.
Ayame también agachó la mirada, sin saber muy bien qué responder y al mismo tiempo asustada de la posible reacción de Uchiha Datsue ante aquellas declaraciones contra el que, antaño, fue su propio Hermano. Sin embargo, se vio a sí misma sorprendiéndose por dicha respuesta:
—Además, después de encontrarte con Akame, se teletransportó a Uzu para asesinar a Chokichi, un tipo que nada tiene que ver ni le interesa a Dragón Rojo. No, aquello fue una venganza. Fue personal. Y, influido ahora por el sello o no, su único destino es la muerte —Sus palabras no estaban cargadas de rencor, ni siquiera de enfado. Era una afirmación, una sentencia en toda regla.
«Deje de lamentarse por cualquier persona.» Le recriminó Kokuō. «Vio desde el principio qué tipo de persona era, Señorita.»
Ella asintió en silencio. Uchiha Akame... su primera noticia de él había sido que había intentado asesinar a Daruu siguiendo las órdenes de un superior; después, durante el examen de Chūnin, le había esposado y había intentado secuestrarla sin ningún tipo de motivo aparente (Ayame dudaba seriamente que pudiera estar siguiendo órdenes de alguien como Hanabi), fue arrestado y encarcelado bajo sospecha de traición, de alguna manera consiguió escapar y tras fingir su muerte vagabundeó como un adicto al omoide hasta que Ayame lo encontró... justo en presencia de Kaido. Por último había terminado colándose en su propia aldea para acabar con la vida de otra persona. ¿De verdad era alguien que mereciera la redención?
—Pero me alegro mucho por vosotros, chicos —añadió Datsue—. De verdad que sí. Kaido es un cabronazo, pero siempre le tuve aprecio. Y toda esa traición repentina fue muy rara desde el principio ¿Y qué pasó después? ¿Cómo acabó la pelea?
Ayame lanzó un profundo suspiro al aire.
—Cuando le vi de esa manera, tomé una decisión: Llevármelo a Amegakure. Necesitaba que no sospechara, por lo que le abracé y aproveché para realizar los sellos del teletransporte. Él... me disparó justo en ese momento —añadió, tras una breve pausa. No tenía sentido ocultar cómo había recibido aquella herida, volverían a interrogarla al respecto en algún momento—. Aparecimos justo enfrente de la Torre de la Arashikage, donde había dejado mi marca poco antes —continuó, lanzando una significativa mirada a Daruu—. Para entonces yo ya estaba muy débil y herida, pero estando en casa los refuerzos llegaron enseguida. Kaido tuvo un pequeño encuentro con Yui, pero... —Ayame volvió a agachar la mirada, con gesto sombrío—. No era más que un Kage Bunshin, se desvaneció al recibir el primer golpe. Kaido debió hacerlo y escapar cuando inundé el almacén...
»Así que... No... No conseguí traerlo de vuelta —concluyó, hundiendo los hombros.