22/02/2020, 15:32
(Última modificación: 22/02/2020, 15:50 por Aotsuki Ayame. Editado 1 vez en total.)
—Ya lo sé, ya me imagino, perdóname, es que saber esto de golpe... —Se excusó Daruu—. ¿¡Cómo es eso de que han llegado a un acuerdo!? Es que me parece casi increíble imaginándome a Yui aceptando todo esto con normalidad.
—A mí también me cuesta imaginármelo, la verdad —incidió Datsue—. Honestamente, pensé que si algún día se lo contabas te arrancaría a Kokuō del cuerpo y lo sellaría en otro amejin.
Ayame resopló y apartó la mirada a un lado. No podía negar que ella misma había contemplado aquella posibilidad, y por eso había estado tan aterrorizada de contarle nada a Yui... Pero tampoco le parecía adecuado contar todos los pelos y señales de aquel acuerdo. No después de haber visto así a su Arashikage. Tan... vulnerable.
—Digamos que... parece que tienen más cosas en común de lo que estarían dispuestas a admitir en un principio —resumió, a grandes rasgos, antes de virar por completo el timón y cambiar el curso de la conversación a otros mares—. Datsue, mientras estaba en esa... fábrica de omoide, me pareció oír que su siguiente destino sería el Remolino, o algo así. Tened los ojos bien abiertos, ¿vale? Si por mí fuera destruiría todas y cada una de esas apestosas fábricas —gruñó.
Sería la kunoichi más feliz del mundo si Yui le encargara una misión así.
—A mí también me cuesta imaginármelo, la verdad —incidió Datsue—. Honestamente, pensé que si algún día se lo contabas te arrancaría a Kokuō del cuerpo y lo sellaría en otro amejin.
Ayame resopló y apartó la mirada a un lado. No podía negar que ella misma había contemplado aquella posibilidad, y por eso había estado tan aterrorizada de contarle nada a Yui... Pero tampoco le parecía adecuado contar todos los pelos y señales de aquel acuerdo. No después de haber visto así a su Arashikage. Tan... vulnerable.
—Digamos que... parece que tienen más cosas en común de lo que estarían dispuestas a admitir en un principio —resumió, a grandes rasgos, antes de virar por completo el timón y cambiar el curso de la conversación a otros mares—. Datsue, mientras estaba en esa... fábrica de omoide, me pareció oír que su siguiente destino sería el Remolino, o algo así. Tened los ojos bien abiertos, ¿vale? Si por mí fuera destruiría todas y cada una de esas apestosas fábricas —gruñó.
Sería la kunoichi más feliz del mundo si Yui le encargara una misión así.