24/02/2020, 12:50
Tras llegar a la habitación, Ren se fue directa a por su mochila, rebuscando en ella.
— Lo encontré; llevo todos mis ahorros encima, y mi maestro me dio algo al marcharme, pero no creo que le importase que cogiera un extra
Hana sonrió sin mirarla, pendiente de su propia mochila y la ropa que iba sacando y dejando encima de la cama. Tampoco iba a arreglarse en demasia, de hecho, fuera del festival de los cerezos, nunca se había arreglado. No lo contemplaría ni aunque fuese a una cita con un kage.
— Pues perfecto, ya puedes dejar aquí todos tus ryos porque no te voy a dejar pagar nada. Cuando vuelvas a Amegakure los usas para comprarte espadas. — le advirtió Hana sentandose en la cama. — Y ahora, vendame el tobillo. — le había cogido gusto a mandar. — Por favor. — pero la educación en Uzushiogakure es profunda.
— Lo encontré; llevo todos mis ahorros encima, y mi maestro me dio algo al marcharme, pero no creo que le importase que cogiera un extra
Hana sonrió sin mirarla, pendiente de su propia mochila y la ropa que iba sacando y dejando encima de la cama. Tampoco iba a arreglarse en demasia, de hecho, fuera del festival de los cerezos, nunca se había arreglado. No lo contemplaría ni aunque fuese a una cita con un kage.
— Pues perfecto, ya puedes dejar aquí todos tus ryos porque no te voy a dejar pagar nada. Cuando vuelvas a Amegakure los usas para comprarte espadas. — le advirtió Hana sentandose en la cama. — Y ahora, vendame el tobillo. — le había cogido gusto a mandar. — Por favor. — pero la educación en Uzushiogakure es profunda.