25/02/2020, 01:25
Nubu no sabía cómo sentirse. Se aferró a la mano de Ranko con algo de miedo, pero sin alejarse de la curiosidad. Entendía la explicación de personas que no fueran ninja, o al menos asintió ante las palabras de Kazuma. Su rostro mostró más miedo ante la hipótesis de Daigo.
—¿Infiltrado? —su voz se notaba bastante preocupada, pero se alivió cuando el boxeador sentenció que lo atraparían. Esto pareció devolverle el espíritu a Nubu, quien asintió, medio sonriente —. ¿Crees que podremos contra él, Daigo-sensei? ¿Le harán daño a Sasayami-chan?
Ranko tomó la palabra, inspirada también por Daigo, por alguna razón.
—¡Claro que podremos, Nubu-san! Podremos ser genin, to-todavía, p-pero somos muy buenos en lo nuestro. He escuchado q-que Daigo-san tiene u-un estilo de pelea único —recordó que King Rōga le había comentado de su encuentro con los dos Kusajin —. Y Kazuma-san… ahm… —Nunca lo había visto en combate, y sólo le había visto hacer un jutsu de transformación decente una vez. ¿Qué secretos escondería? ¿Podría usar bien esa espada que llevaba? No había forma de saberlo —e-estoy segura que e-e-es muy habilidoso también.
Nubu no estaba muy convencido, pero le fue suficiente. La emoción regresaría a su expresión.
No había mucho rastro en el callejón, pero las altas paredes que lo bordeaban no tenían daños similares a los ya vistos, así que Ranko supuso que no habían escalado por ahí. El callejón doblaba una vez más y, justo antes de una tercera vuelta, verían las marcas de aquel Raiton desconocido de nuevo. En lo alto del muro había una valla de madera con una sección rota, con más marcas.
—¡Oh, allá, allá! —señaló Nubu con una mano mientras la otra apretaba la de Ranko.
—¿Infiltrado? —su voz se notaba bastante preocupada, pero se alivió cuando el boxeador sentenció que lo atraparían. Esto pareció devolverle el espíritu a Nubu, quien asintió, medio sonriente —. ¿Crees que podremos contra él, Daigo-sensei? ¿Le harán daño a Sasayami-chan?
Ranko tomó la palabra, inspirada también por Daigo, por alguna razón.
—¡Claro que podremos, Nubu-san! Podremos ser genin, to-todavía, p-pero somos muy buenos en lo nuestro. He escuchado q-que Daigo-san tiene u-un estilo de pelea único —recordó que King Rōga le había comentado de su encuentro con los dos Kusajin —. Y Kazuma-san… ahm… —Nunca lo había visto en combate, y sólo le había visto hacer un jutsu de transformación decente una vez. ¿Qué secretos escondería? ¿Podría usar bien esa espada que llevaba? No había forma de saberlo —e-estoy segura que e-e-es muy habilidoso también.
Nubu no estaba muy convencido, pero le fue suficiente. La emoción regresaría a su expresión.
No había mucho rastro en el callejón, pero las altas paredes que lo bordeaban no tenían daños similares a los ya vistos, así que Ranko supuso que no habían escalado por ahí. El callejón doblaba una vez más y, justo antes de una tercera vuelta, verían las marcas de aquel Raiton desconocido de nuevo. En lo alto del muro había una valla de madera con una sección rota, con más marcas.
—¡Oh, allá, allá! —señaló Nubu con una mano mientras la otra apretaba la de Ranko.
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